Los nombres de altos funcionarios hacia los que apuntaría Alejandro Vandenbroele
El ahora arrepentido podría incriminar a conocidos funcionarios que se conectarían con el ex vicepresidente de La Nación.
Alejandro Vandenbroele incriminaria a figuras que estarían conectadas a través del ex vicepresidente, Amado Boudou. Señalado como su presunto testaferro, las evidencias muestran que Vandenbroele comenzó a trabajar para él y para su alter ego, José María Núñez Carmona, desde 2009. Y de allí al trío señalado resta sólo un paso.
Uno de los funcionarios es Ricardo Echegaray sobre quien puede revelar cuál fue el verdadero rol del entonces titular del organismo tributario en la resurrección de la ex Ciccone. Por ejemplo, a la hora de concederle un plan de pagos excepcional que en la copia del expediente administrativo de la AFIP que recibió la Justicia jamás se concedió a esa empresa, pero que varias fuentes confirmaron a La Nacion que sí se otorgó pero que, tras el escándalo, se adulteraron los tramos decisivos del expediente para protegerlo a Echegaray.
Puede contar, además, cómo era la relación entre Boudou y Echegaray, que se conocen desde sus años universitarios en Mar del Plata, y cómo era la interacción entre los lugartenientes de ambos, Guido Forcieri y Rafael Resnick Brenner.
¿Qué puede contar sobre Gildo Insfrán? Puede revelar cómo fue la verdadera razón por la que el gobierno de Formosa contrató a The Old Fund para un supuesto asesoramiento para el que no tenía especialistas, ni experiencia previa, pero por la que cobró $ 7,8 millones. Con un dato adicional: The Old Fund debía asesorar a Formosa en la reestructuración de su deuda con el Estado nacional, cuando Boudou era ministro de Economía.
En este caso, Vandenbroele podría aportar información sobre la "ruta del dinero". Apenas cobró esa comisión de $ 7,8 millones, el ahora arrepentido giró $ 2,2 millones (cerca del 30%) a Martín Cortés, quien por entonces era accionista, director y presidente del Banco de Formosa, además de los principales operadores de Insfrán en Buenos Aires.
(Fuente La Nación)