Los motivos políticos de crisis de deuda
La imagen de Italia está cayendo desde hace tiempo. Los escándalos sexuales y judiciales constantes del primer ministro Silvio Berlusconi y las desavenencias entre el gobierno y la oposición están minando la confianza de la comunidad internacional en la antaño nación industrial.
Y, "last but not least", se agregan las diferencias entre Berlusconi y su ahorrativo y valorado en el exterior ministro de Economía, Giulio Tremonti, justo en momentos en que Italia corre el riesgo de correr la misma suerte que Irlanda, Portugal y Grecia por su crisis de deuda. ¿Logrará Italia eliminar su espantosa montaña de deudas o al menos reducirla?
Junto a España, otro de los países de la UE que tambalea, Italia tiene después de Grecia la segunda mayor deuda de la Eurozona: según las últimas estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para este año del 120% del Producto Interior Bruto (PIB). La credibilidad desde el lado político parece también más necesaria que nunca. Y eso significa lo que dijo no sólo la canciller alemana Angela Merkel el lunes desde Bruselas: actuar rápido.
"El paquete de ahorro será aprobado para el viernes a la noche", anunció Tremonti.
Previamente, la política de Italia había presionado para acelerar los tiempos. Después de un silencio de días y pérdidas de miles de millones en los mercados financieros, Berlusconi salió a tranquilizar a la opinión pública y pidió actuar rápidamente y en conjunto. La oposición prometió aprobar el plan de ahorro, aunque es rechazado por la izquierda.
De hecho, el gobierno italiano había intentado ya hace dos semanas demostrar su voluntad de ahorro y despejar las dudas. Al anunciar el paquete de ahorro millonario, se indicó que para este año se preveían recortes de 1.500 millones de euros, de 5.500 millones para 2012 y de 20.000 millones para el 2013 y 2014 respectivamente. Tremonti advirtió que sólo de esta forma se iba a poder evitar "la catástrofe". Pero las críticas que enfrentó el ministro no sólo por parte de la oposición, que teme un "desmonte social", sino de sus propias filas, le dejó al extranjero poca confianza en una rápida implementación de las medidas.
Por si fuera poco, el ministro de Economía, considerado en el exterior como garante de la política de ahorro italiana, se vio salpicado por rumores de corrupción. El ministro vivía gratis en la vivienda de un ex colaborador suyo, cuyo alquiler cuesta 8.000 euros, funcionario que ahora está siendo investigado. El ministro rechazó todas las acusaciones e incluso los rumores de renuncia que circulaban.
Berlusconi tampoco adora a Tremonti, a quien ha descrito como "rompiscatole" (fastidioso) que "no acompaña". No sorprende: el magnate de los medios de 74 años no es lo que se dice ahorrativo. Y le gusta agradar, sobre todo a su socia, la Liga Norte, sin cuyos votos no tendría la mayoría. El jefe de la Liga Norte, Umberto Bossi, había amenazado varias veces en las últimas semanas con una crisis de gobierno en caso de que en el paquete de ahorro no se incluyeran reducciones impositivas.
Ayer se supo, además, que la fiscalía de Palermo pidió que el ministro de Agricultura italiano, Francesco Saverio Romano, sea enjuiciado por presuntos vínculos con la mafia.
El parlamentario siciliano, de 47 años, había sido convocado al gabinete de Berlusconi apenas en marzo. Ya en ese entonces su designación fue controvertida porque ya se lo investigaba por vínculos con la mafia.
El anuncio de Berlusconi de querer retirarse en el 2013 (poco antes de que impacte la mayor parte de los recortes) y la condena en su contra por corrupción en el caso que se remonta a cuando adquirió la editorial Mondadori hicieron el resto. El lunes, Italia perdió en pocas horas más de 20.000 millones de euros en la Bolsa. Muchos se quejaron de que esto se debía a "la especulación de los mercados". Sin embargo, es necesario preguntarse junto al "Corriere della Sera" por qué Italia necesita "asomarse primero al abismo político-financiero para gobernar de forma adecuada".