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Los monjes japoneses auto-momificados

Los Sokushinbutsu eran sacerdotes budistas que se momificaban y eran reverenciados por su espíritu y dedicación.

Popular en el norte de Japón, especialmente en los alrededores de la Prefectura de Yamagato, la práctica de transformarse en un Sokushinbutsu, según se cree, es un ritual tántrico de la dinastía china Tang, llevada a Japón por el fundador del Budismo Shingon.

Considerado como la prueba suprema de auto-negación, el procedimiento de transformarse en Sokushinbutsu hacía que los monjes budistas se sometieran a una tortura autoinducida que duraba años. En la primera parte del proceso, el sacerdote hacía una dieta de semillas y nueces, mientras realizaba ejercicios físicos rigurosos que les quitaban toda la grasa corporal. Esta etapa duraba 1.000 días.

En la segunda parte del proceso, el monje sólo comía la corteza y las raíces de pinos, y consumía un té venenoso, hecho con la savia del árbol urushi. Esto causaba que vomitara frecuentemente perdiendo fluidos corporales. La etapa en cuestión duraba otros 1.000 días.

Finalmente, el monje en proceso de auto-momificación se encerraba en una pequeña tumba de piedra que apenas le permitía permanecer en posición de loto. La tumba se sellaba y la única conexión del monje con el mundo exterior era una pequeña cañería de aire. Se le daba entonces una campana, y cada día la hacía sonar para demostrar que aún no había muerto.

Cuando la campana dejaba de sonar, se quitaba la cañería y la tumba se sellaba completamente.

Hasta que fue prohibido, a fines del siglo XVIII, se cree que cientos de monjes intentaron transformarse en Sokushinbutsu, pero muchos fallaron. Sólo se descubrieron entre 16 y 24 momias Sokushinbutsu en Japón. La última se descubrió en Tokio, en julio de 2010. En la galería de fotos, podrás apreciar algunas de las momias de ese singular período.