Los mitos y verdades del tabaco para armar, la opción ante el aumento de los cigarrillos industriales

Pese a que es un hábito poco deseable para cualquiera, el cigarrillo es uno de los vicios más difíciles de erradicar de la sociedad y afecta casi a 100 mil millones de personas en todo el mundo. Y aunque las campañas antitabaco han demostrado rendir buenos frutos, sigue existiendo un porcentaje importante de la población que no puede dejar la costumbre de consumirlo.

Es de esperar, entonces, que las personas que tienen este hábito tan arraigado se hayan visto en una disyuntiva el domingo cuando el precio de los cigarrillos industriales aumentó un 40 por ciento. ¿Qué significa esto en términos absolutos? Que un paquete de marca promedio, en su edición box (20 cigarrillos), pasó a costar alrededor de 40 pesos. Sin ir más lejos, comprar un atado de "puchos" cuesta hoy aproximadamente lo mismo que un sándwich o cualquier comida al paso. Hoy, en Argentina, implica casi la misma cantidad de dinero fumar que alimentarse.

Ante esto, los fumadores se encontraron ante una difícil decisión: pagar los cigarrillos a su nuevo precio y gastar una cantidad desmedida de dinero en ello o luchar contra su adicción y abandonar el hábito. Sin embargo, muchos otros encontraron una salida por la tangente que podría, en principio, satisfacer las dos partes de la dicotomía vicio/dinero: los cigarrillos armados.

Contra los 40 pesos promedio que cuesta una caja de 20 cigarrillos, una bolsa de tabaco corriente de 50 gramos vale entre 25 y 100 pesos en un kiosco del barrio Balvanera, según pudo averiguar DiarioVeloz. El precio varía considerablemente según la marca y variedad, que es muchísimo más amplia que en los cigarrillos industriales. Pero según Adalis, la encargada del kiosco consultado, un "tabaco promedio, que tiene buena salida y los compradores consumen mucho" vale alrededor de 65 pesos.

Ahora bien, eso es más de lo que cuesta una caja de cigarrillos convencionales. Sin embargo, una bolsa de 50 gramos de tabaco rinde, según el gusto de cada fumador, aproximadamente 80 cigarrillos. Es decir, cuatro atados convencionales.

Además del tabaco, para consumir cigarrillos armados los fumadores deben adquirir los filtros y los papelillos, productos que varían mucho menos en su precio. Así, una bolsa de 150 filtros cuesta 34 pesos; mientras que los papelillos rondan los 15 y los 20 pesos, según la marca y el comercio donde se los compre.

Según pudo constatar DiarioVeloz, la diferencia en precio entre un cigarrillo industrial y uno armado es notoria: mientras que los industriales cuestan aproximadamente 2 pesos cada uno (según la marca y la caja comprada), los armados rondan los 1,30 y 1,50 pesos. En un atado de 20, la diferencia es de 14 pesos.

Aunque puede parecer una mínimo a los ojos de alguien que no fuma, teniendo en cuenta que un fumador promedio consume aproximadamente 20 cigarrillos por día, la diferencia mensual es considerable: a 14 pesos por caja, por mes son 420 pesos. Además, otro factor a tener en cuenta es que todos los fumadores que dialogaron con DiarioVeloz que consumían cigarrillos industriales y pasaron a los armados manifestaron haber reducido notoriamente su cantidad diaria.

"El cigarrillo armado, en ese sentido, tiene dos beneficios: produce mayor sensación de saciedad, saca más las ganas de fumar, y además implica el esfuerzo de armarlo. Fumar un cigarrillo es un gesto muy automático, pero si uno tiene que pensar en armarlo, o está en una situación en la que no puede ponerse a armar, no fuma. Y así, son varios cigarrillos menos por día los que uno consume", manifestaron Paula, Julia y Brenda, lectoras de DiarioVeloz que hace un tiempo tomaron la decisión de cambiar sus hábitos de consumo de tabaco.

Un mito muy sostenido respecto del cigarrillo armado es que es más sano que el cigarrillo industrial. Sin embargo, tal como aclaró el médico generalista Aldo Schneer (MN N° 40087), a cargo del programa "Instituciones sin humo" hasta 2007, "el tabaco 'suelto' es igual de dañino para la salud que el que contienen los cigarrillos industriales, simplemente porque lo producen las mismas tabacaleras". Además, explicó que los elementos químicos que producen los mayores inconvenientes de salud provienen del mismo tabaco y no de los mitificados aditivos. "La nicotina, responsable de generar adicción, es un compuesto de la misma hoja de tabaco y no algo que se agregue", concluyó el profesional de la salud.

En conclusión, en términos de salud la respuesta es una sola: dejar el hábito del cigarrillo inmediatamente, más allá de su valor en el mercado. Ahora bien, para quienes no se crean capaces de afrontar ese reto o simplemente hayan decidido no hacerlo, existe una opción para paliar el aumento.