“Los manteros de Florida ganan medio millón por día”
Según estimaciones difundidas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), los vendedores ambulantes de la peatonal Florida llegan a realizar ventas por más de medio millón de pesos en un solo día.
Según la entidad, "la venta ilegal en la calle Florida crece visiblemente a lo largo y ancho de la peatonal. Durante el sábado 26 de noviembre, se detectaron 677 manteros, diseminados en las diez principales cuadras que la recorren desde Rivadavia hasta Santa Fe. En función de los precios y el movimiento observado, sólo el sábado, habrían realizado ventas estimadas por 517.987 pesos".
En un comunicado, CAME alertó que la cantidad de manteros "es inédita. Nunca antes se habían registrado tantos vendedores ilegales juntos y al mismo tiempo. Lo más insólito es que su presencia ocurre a pesar del reclamo a viva voz de los comercios de la zona que pagan sus impuestos y cumplen con sus obligaciones".
En ese sentido, puntualizó que en sólo cinco meses se triplicaron los vendedores y en sólo dos, se duplicaron, y la mayoría de ellos se dedican a la venta de mercadería falsificada, sobre Florida.
La entidad advirtió que, con ventas por casi 518 mil pesos como se habrían registrado el sábado pasado, solo por ingresos brutos el Gobierno de la Ciudad deja de percibir 15.539 pesos diarios, que en un mes sumarían más de 450 mil pesos.
Además, indicó que como en el resto de la Ciudad de Buenos Aires, "la diversidad de rubros que coparon la vía pública en la calle Florida es muy amplia".
Pero aclaró que prevalece el segmento de Indumentaria, donde el sábado 26 se detectaron 327 manteros que concentraron 66,3 por ciento de la venta del día (unos 343 mil pesos).
"La mayor parte de la ropa de este rubro es falsificada y elaborada con trabajo esclavo", alertó CAME.
A este rubro le siguen las artesanías, bijouterie y juguetería, entre otros, según el relevamiento empresario.
"En la medida que las autoridades responsables no tomen las medidas pertinentes, la venta informal invade las calles y desplaza al comercio legal. Eso no sólo impacta en las cuentas fiscales, sino que precariza el empleo, avala prácticas de comercio que invocan la falsificación y el trabajo esclavo, y pone en riesgo la supervivencia del comercio tradicional, que es la columna vertebral de una economía", concluyó la entidad.