Los malparidos de Timerman
*Por Ricardo Roa. Timerman quiso meter la marcha atrás pero ya era tarde. Y lo dicho, dicho estaba: "Hay que ser muy malparido para no estar a favor" de Hebe de Bonafini.
¿Por qué todo el mundo debiera estar a favor de Bonafini cuando hay de por medio una estafa millonaria con fondos públicos en la fundación que ella preside? El propio Gobierno es un protagonista central del escándalo y tiene la obligación de investigar más que nadie.
Y el canciller tendría que alentar eso en lugar de pretender excepciones .
Acá no está en juicio la cuestión de los derechos humanos sino el uso de por lo menos $765 millones manejados por Schoklender con la vía libre de Bonafini. Así son las cosas por más que el Gobierno quiera que todo pare en el ex apoderado.
Según los parámetros del canciller, la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, y una de las fundadoras de Madres, Tati Almeyda, entrarían en la categoría de malparidas. Carlotto había dicho que Bonafini "no puede estar ajena" .
Y Almeyda, que "lo que haya hecho esa señora, sólo ella lo sabrá". Esa señora es alguien con quien compartió la lucha por los desaparecidos. Haber enfrentado valientemente a la dictadura no da derecho a hacer cualquier cosa .
Si hay alguien que le ha hecho daño a la causa de las Madres, es Schoklender.
Y más que Schoklender, el modelo K de captación de los organismos de derechos humano s: subsidios arbitrarios y millonarios a cambio de retornos y alineamiento político.
Rutinas degradantes perfectamente aceptadas.
La Fundación de las Madres se convirtió en una megaconstructora a la que nadie controlaba.
Zona liberada para la corrupción.
Al tal punto, que Schoklender pudo sacar $ 50 millones en cheques oficiales y colocarlos en mesas de dinero. Y encima, quiere hacer creer que era para conseguir efectivo que necesitaba llevar a El Impenetrable.
Un verdadero sinvergüenza.
Durante años hizo cosas semejantes y acumuló una fortuna.
Si hubo algo malparido, fue toda esta estafa.