Los hijos son responsabilidad de los padres

Domingo Faustino Verna, militar retirado, de 77 años de edad, hombre tranquilo, austero y de pocas palabras, terminó matando a su nieto mayor y al cual le prodigó los cuidados, el amor y trato que su madre no pudo, no supo o no quiso darle. 

El joven Brian Verna, de 27 años, de personalidad complicada, carácter explosivo y muchas veces violento, terminó muerto a manos del abuelo. ¿Qué pasó? De todo…

Tras ser agredido de manera violenta e injustificada por su nieto y cuando ya se encontraba dentro de su casa, el abuelo, terminó la violenta y desigual disputa con el joven mientras éste quería entrar a las patadas a su casa. Le dio cinco disparos que terminaron con la vida del histérico Brian.

Ahora escuchamos a la madre del joven ultimado, de profesión instrumentadora quirúrgica y que vive rodeada de media docena de animales, que cuenta a quien guste escucharla la tormentosa y violenta infancia que tuvo a manos de su severo padre, militar retirado del arma de caballería y que, según palabras de la mujer, no escatimaba en golpear a los hijos con la fusta que usaba con los caballos. Esto seguramente haya sido cierto, me ha tocado a mis hermanos y a mi recibir esos castigos a manos de mi padre, que podrían decirse comunes en los años en que yo era chico. Pero la madre cuenta muy por arriba que el abuelo se ocupó del joven y que ella siempre tuvo un vínculo complicado con su hijo. 

Debemos contar que Brian era poco amigo de las responsabilidades y se encontraba próximo a terminar el colegio secundario.  Con alguna patología psiquiátrica, que en alguna ocasión mereció una internación y de la que se encargó el abuelo, y que luego de dos meses y con la promesa del joven de continuar con el tratamiento externado, se le dio el alta, pero la promesa de cuidarse se diluyo rápidamente.

Fuentes de la zona me indican que era habitual consumidor de drogas.  La madre cuenta que estaba enfermo y que el abuelo lo violentaba. Me resulta llamativo que la madre no haya hecho NADA al respecto. Ni siquiera hay una denuncia en contra del abuelo, con lo cual es difícil pensar que lo que dice que haya pasado, o bien si pasó, la madre se desentendió del joven como hizo casi siempre y ahora, ante la desgracia, reclama prisión perpetua para el padre.