Los espías que hicieron inteligencia ilegal
Buscaban a Henry López Londoño, conocido como "Mi Sangre". Entraron varias veces al país.
Lo más llamativo es que lo hicieron en vuelos provenientes de distintos países, entre ellos Paraguay, Chile y Perú, además de Colombia. ¿Estuvieron haciendo inteligencia en la Argentina sin autorización? ¿Cuánta información de teléfonos particulares se llevaron? La causa, por estos días, es investigada por el juez federal Claudio Bonadío.
De acuerdo a un documento exclusivo, JusticiaCero pudo determinar que el policía militar Diego Hernán Rosero Giraldo ingresó por primera vez a la Argentina en un vuelo de Lan Chile proveniente de Lima, Perú, el 10 de abril de 2012, mucho antes de informar sobre esta situación al juez federal Norberto Oyarbide, quien en el último día de mayo de ese año, a través de un escrito judicial, ordenó que los agentes colombianos y el equipo de interceptación telefónica que utilizaban debían salir de inmediato de la Argentina, por ser ilegal en nuestro país y poner en riesgo la seguridad nacional.
Rosero Giraldo (ver documento por separado), ingresó a la Argentina en seis oportunidades durante el año 2012, entre abril y junio. Lo llamativo fue que sólo en tres oportunidades lo hizo en vuelos directos de Colombia. En los otros tres viajes abordó vuelos comerciales en aeropuertos de Chile, Paraguay y Perú. Mientras que su subalterno, César Gonzalo Triana Amaya ingresó cuatro veces a la Argentina, dos provenientes de Bogotá y los restantes de Lima, Perú.
El juez federal Bonadío, como se ha informado, investiga en un expediente judicial estos hechos que fueron considerados como "gravísimos" para la seguridad nacional.
Ambas denuncias fueron presentadas por el excomandante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) Henry de Jesús López Londoño, quien se encuentra detenido en la cárcel de Ezeiza por tener un pedido de extradición de los EEUU en el marco de una causa por presunto narcotráfico. López Londoño, conocido como "Mi Sangre" o "Carlos Mario", aseguró a través de las presentaciones penales que ese equipamiento fue ingresado ilegalmente a la Argentina para realizar tareas de inteligencia en su contra en el año 2012.
Lo más grave de esta situación, más allá de la prohibición que existe en el país para utilizar dicho equipamiento por violar las leyes de seguridad nacional, es que los oficiales de la Policía colombiana pudieron haber copiado y robado información de miles de teléfonos argentinos.
El equipo en cuestión es de marca Harris modelo "Stringray" que, cuando fue ingresado al país por los mencionados policías colombianos, se informó a la Justicia que sólo podía detectar dónde se encontraba un teléfono celular con número de Colombia que, aparentemente, utilizaba en ese momento López Londoño. Fue en mayo del año 2012.
Pero cuando se denunció el escándalo, un ingeniero especializado informó que "una forma particular de uso de un Stingray es como interceptación de comunicaciones, esto se puede llevar a cabo dirigiendo a un objetivo una antena direccional o hacer un barrido general de un sector con una antena omnidireccional y recopilar los IMEI e IMSI dentro del alcance". Además, el especialista agregó: "con esa información y con registros previamente obtenidos del objetivo, (teléfono o localizador) se pueden almacenar en el computador portátil, los mensajes de texto y las llamadas entrantes y salientes..."
El primer juez interviniente en la búsqueda de López Londoño, Norberto Oyarbide, fue alertado por la Secretaría de Inteligencia de nuestro país sobre la utilización de este equipo, por lo que el magistrado, textual, ordenó lo siguiente el 31 de mayo de 2012: "haga saber a los funcionarios colombianos que el dispositivo de radiolocalización de aparatos celulares, deberá ser retirado en forma inmediata del territorio de la República Argentina, por contrariar las disposiciones establecidas en la Ley de Inteligencia Nacional".
En rigor, a Oyarbide le habían mentido cuando le pidieron permiso unos meses antes: por escrito le dijeron que ese equipo no podía escuchar llamadas ni grabar mensajes ni información alguna del teléfono y que sólo se utilizaría para localizar el lugar donde estaba el celular colombiano que utilizaba López Londoño.