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Los días del mensajero

*Por Gabriel Bustos Herrera. Viene en nombre de la dueña de los votos. Los diputados por el FPV de Mendoza los pone la Rosada, anunció .El candidato será ungido por La Señora. Los economistas advierten menor crecimiento, más inflación y desequilibrios fiscales. La Caja, intocable.

Se instaló en un majestuoso 5 estrellas de la calle Belgrano, frente al inminente Paseo del Metro Tranvía que promete Jaque para agosto. Desde el salón de espera hasta la oficina del enviado, una cola de aspirantes a candidatos del PJ para suceder a Celso (son muchos, tan dispares y enfrentados como los pre-candidatos radicales), no disimularon su obediencia. Por turno, pugnaron por convencerlo de sus respectivos currículum y méritos partidarios para sostener en manos "compañeras" el sillón del Barrio Cívico.

Dos cosas les bajó muy claras El Mensajero. Les planteó a los aspirantes que se las arreglaran para acordar pronto sin arrancarse el pellejo y sin escándalos. Pero él el lunes y luego el viernes su vocero -cuando encabezó el frente anti-Cazabán en el Sheraton después del espectáculo del Hombre de Jaque-  dictaron  2 cuestiones que no se discuten:

1) Los aspirantes nacionales por Mendoza a Diputados los "pone" la carpa K, dueña de los votos, seleccionados por ellos entre punteros y fieles pingüinas.

 2) Los dedos que definen finalmente al candidato son los de Cristina y su mesa íntima.
Rotunda evidencia de que Jaque no conduce su sucesión ni puede imponer a su alfil: todos sabedores del camino del poder, tramitan aprobación en Olivos y la Rosada. Mazzón trajo información sobre la dispersión y falta de liderazgos en el frente opositor e insiste  en que La Señora tiene también en Mendoza -además de la obsesión de derrotar "a la gente de Cobos"-  los votos necesarios para enancarlos a la gobernación.

No está claro si El Chueco volverá a bajar al pago esta semana. Pero unos y otros ya tienen claro dónde está el núcleo del poder político y quién maneja la Caja.

Sobre sol y nubarrones. Fueron también estos, días de variadas mesas empresarias y sus analistas económicos. Desde la Federación Económica, el CEM (Consejo Empresario de Mendoza), la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo  y la Bolsa de Comercio, con intensidades distintas y variados argumentos, reconocieron la recuperación de 2010, que saltó del borde del abismo de 2009 y nos devolvió a valores parecidos a los del refulgente 2008, que había alcanzado en su primera parte el histórico pico de crecimiento desde 2003 -casi 9% anual, tasas chinas, dicen-  pero anticipó la caída de 2009, cuando llegó la crisis financiera mundial.

Claro, advirtieron los consultores sobre un 2011 bastante menos dinámico en la economía en crecimiento, con otro salto en la inflación ("sin peligro de espiralización hacia la híper") y con crecientes problemas fiscales a nivel nacional y tierra adentro.

Es que la expansión mundial será menor, los precios de lo exportable no serán tan generosos (en 2010 bajaron nuestros volúmenes exportables y compensaron los mejores precios), también allende nuestras tranqueras habrá inflación más alta, seguirá aumentando el petróleo y la energía en general; los  valores de los comodities de la soja, por ejemplo, podrían moderarse.

Dejaron en claro sus miedos por el recalentamiento inflacionario aquí en nuestros confines ("Cada vez más lejos de la oportunidad de un aterrizaje suave"). Advierten sobre la política  "expansiva" del gasto público, el diseño cambiario, el monetario y de tarifas, subsidios y precios, porque incentiva el fuego de la inflación  -ratifican "más del 25%", ya entre los 3 ó 4 primeros en el ránking mundial del  recalentamiento- y vuelve la proa hacia el déficit fiscal.

Los dueños de la llave. Todos, a su manera, advirtieron sobre "problemas fiscales que han comenzado a agravarse en el Estado, pese a años de históricos ingresos en los recursos públicos". ¿Y? Es que, previenen, los años de crecimiento no sólo deben servir para reparar infraestructura y servicios atrasados; también deberían abastecer fondos extraídos del gasto corriente para los días de vacas flacas y sostener el equilibrio del presupuesto sin endeudamientos, internos (Anses, Banco Central) o privados (compitiendo en Letras y Títulos contra el crédito privado e inflando el consumo).

Todos se acordaron del retorno del déficit público en Mendoza ("injustificable en años de tamaño crecimiento") y del Fondo Anticíclico que aprobó la Legislatura en tiempos de euforia recaudadora 2003-2007. Algunos, con ironías, se acordaron de que la misma Legislatura levantó la mano cuando el Barrio Cívico -2005/2006- los convenció de que "esa Ley de

Responsabilidad Fiscal y el Fondo, no fueron  pensados  para años de inflación". Y se esfumó, claro.

Con la evidencia de dónde se concentra el poder político, de las radiografías  economicistas saltó la otra, recurrente: el 90% de los factores que inciden en el destino económico de la provincia, en realidad son resorte de la política económica nacional (y no precisamente con un Congreso influyente); que la distribución de los recursos impositivos nacionales son también cada vez más concentrados en el poder de Olivos, la Rosada o El Calafate; que a veces con descaro -nada nuevo-  se manejan los criterios de reparto de la coparticipación, de los reintegros extraídos de las exportaciones (regionales, obvio), de la liquidación de las regalías y los precios que se reconocen en el país ( 50 dólares el barril, cuando pasa los 90), el manejo amañado de los ATN, los decretos de necesidad y urgencia, la subestimación del ingreso y las facultades extraordinarias del jefe de Gabinete (delegadas por el Congreso).

Hoy en día, si se consideran todos los ingresos nacionales, el 75% queda en manos de la Caja nacional y el resto se reparte entre las provincias.

Hubo una Ley -disipada en el olvido- que disponía que los recursos para la distribución coparticipable no iban a bajar nunca del 32%, que los no coparticipables se iban a discutir periódicamente y que la Sindicatura haría un chequeo permanente del asunto. Argentina de los Sueños Líricos.

A pesar del 30% de la soja (que concedió Cristina desde el Quincho de Olivos), todos los días viajan los gobernadores a pedir -en algunos casos a plañir- por regalías mal liquidadas, obra pública para sus pagos o para algún ATN.

¿Cuál  República Federal? La vida política Puerto-Interior ("Los 13 Ranchos", como las denominaron los apóstoles unitarios) ha sido siempre una fricción. Hoy en día más devaluada.
La Señora manda a su mensajero al caserío de Mendoza, para que tomen conciencia de que los candidatos a representantes de Mendoza en Diputados los pondrán Ella y su séquito; que el candidato saldrá de su parecer y de la mesa chica.

Sin Presupuesto -es cierto que trabado por la oposición- con estilo más componedor, pero con empecinamiento, consolida todos los instrumentos con que, además de concentrar el poder político, manejarán sus hombres la Caja y el acatamiento que su distribución impone a los delegados en el interior, sean gobernadores, intendentes o legisladores.

"No hay federalismo político sin federalismo fiscal", advertía Alberdi a los unitarios y se quejaba de los manejos de la administración del Puerto y los estancieros de las vacas y los saladeros exportadores.

En la primavera de 1853, tras Caseros, cuando los delegados de todas las Provincias Unidas sancionaron la Constitución de una Nación representativa, republicana y federal, Buenos Aires, abrazada a la caja de la Aduana, se mantuvo por años ajena al acuerdo. Encaró -para siempre- una guerra de zapa contra los "13 ranchos" del interior. Así ha sido, así es, con variedades.