Los argentinos seguirán ahorrando en dólares
Más allá de todas las apelaciones nacionalistas que se hagan, los argentinos -en su inmensa mayoría- seguirán ahorrando en dólares hasta que haya un gobierno y un Estado que, con sus conductas concretas, les demuestre y los convenza de que es más conveniente ahorrar en pesos.
En su visita a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires la Presidenta de la Nación ha instado a los argentinos a comprar acciones en lugar de dólares: "Hay que convencer a los argentinos a no apostar al dólar sino a las empresas radicadas en el país". Expresó un concepto muy llamativo al decir que "la compra de acciones de las empresas nacionales, como ocurrió en los Estados Unidos, es un paradigma cultural".
Apeló a los pequeños ahorristas, porque dijo que los grandes inversores ya saben que existen opciones mas rentables que la moneda norteamericana. Sin duda que la intención que persigue el consejo presidencial es un buen propósito. Pero la pregunta es por qué la conducta reclamada no se concreta en la práctica, siendo muy sencilla la respuesta: porque no hay confianza al no existir reglas claras y estables, porque los argentinos han sido estafados y confiscados sus ahorros repetidas veces. Ésta es la razón por la cual los pequeños ahorristas compran dólares, que atesoran en el país, y los grandes los giran o invierten en el exterior.
La compra de divisas, sea para atesoramiento o para remitirlos o invertirlos fuera del país, entre 2007 y 2010 ha sido de 57.500 millones de dólares; el 40% de esa suma en 2008, año del conflicto con el campo. En el primer semestre de este año, se estima una salida del circuito económico de unos 10 mil millones.
Un trabajo de M&S Consultores, en base a datos del Banco Central, estima que una tercera parte del total de las compras son pequeñas, un promedio de U$S 1.500 por compra y otro 20% no supera los U$S 15.000. Son a estas personas a las que va dirigida la apelación presidencial, a esas miles de personas o familias con cierta capacidad de ahorro, y que la forma de hacerlo es en dólares. Buena parte de esos ahorros luego se transforman en inmuebles que los padres dejan a sus hijos o rentan. Saben que es muy difícil que les confisquen esos bienes, en cambio tienen la experiencia que sí se los pueden quitar en los bancos.
Pero también saben bien las personas y las familias que hay una confiscación diaria de su esfuerzo, de su trabajo y de sus ahorros, que es la inflación, ésa que el gobierno hace años que niega y oculta. Por eso compran dólares o bienes que piensan preservarán sus ahorros. La venta de bienes durables, especialmente automotores, es un ejemplo de estas conductas.
Otros optan con gusto por viajar al exterior, más de 5 millones de personas lo harán este año, récord que demuestra con más evidencia que ninguna otra cosa, que el dólar está "barato". El Gobierno puede impedir, limitar, prohibir importar bienes que los consumidores desean comprar, pero no puede impedir que los argentinos vayan a consumirlos o a comprarlos en otros países.
En este proceso de conversión de pesos en dólares hay un aspecto positivo y es que el sector exportador produce los "agro dólares", suficientes para satisfacer la demanda. En otras épocas, en una situación similar, hubiese estallado el mercado cambiario y el tipo de cambio habría sido imparable. Debemos agradecerle a la agricultura, y sus industrias derivadas que, al producir con eficiencia, traigan muchos de los millones de dólares que los argentinos demandan. Por suerte hoy ya nadie predice las crisis cambiarias de otras épocas.