Los argentinos no sólo debemos estar indignados sino también hartos
Por Elia Ana Bianchi Zizzias. Crónica de una sociedad en la que todos los valores se están perdiendo, particularmente por el mal ejemplo de unas clases política y empresarial profundamente corrompidas.
Hartos de corrupción, de impunidad, de mentiras, de hipocresías, de superficialidad, de inseguridad, de estupidez, de limosnas, de infidelidades, de la falta de líderes políticos y sociales, hemos logrado un pueblo empobrecido, sin educación, con muchos "derechos" y ninguna obligación.
Como en las dos caras de la carátula: la comedia y la tragedia , vivimos un país bifronte .
Las caras de la Tragicomedia: Los gobernantes
Los últimos hechos nos ponen en evidencia una dirigencia política mafiosa. Uso discrecional de los fondos del pueblo. La Presidenta con sus rimbombantes discursos que no dicen nada, sus viajes, sus desplantes, su exhibicionismo, su luto de imagen, el uso arbitrario de sus medios de comunicación, que pretenden vender un país que no existe.
Viene a mi mente la figura de Alicia en el País de las maravillas. La Anses, los Morenos, los De Vido, los Moyanos, las Bonafini, los Jaimes, la Cámpora, que disponen libremente del erario público para sus beneficios particulares. La lista es larga y vergonzosa.
Los políticos, enredados en sus pobres y pequeñas ambiciones de poder, hoy pertenecen a un partido, mañana a otro que les convenga más, o inventan otro. Y las doctrinas partidarias, las ideas, las propuestas de acción, ¿dónde están?
Como dije en otra oportunidad, ya no se saben quiénes son o si fueron alguna vez. Siempre las mismas trenzas, los acomodos, el reparto de dádivas para votar, las infidelidades, las traiciones al por mayor.
Me dirán, ésta es la movilidad política de estos tiempos. Entonces me pregunto: ¿El ciudadano solidario, responsable, comprometido con el país es sólo una utopía? "Muchos personajes en busca de autor"(Pirandello notaba esa ausencia).
El sindicalismo argentino siempre fue una rama política del peronismo. El mismo modelo, una oligarquía de "gordos" enriquecidos que de vez en cuando levantan alguna bandera de los trabajadores.
Los Zanolas, los Moyanos, imperios construidos sobre la salud y la dignidad del pueblo. No hay miseria más grande que estafar y condenar a los enfermos con medicamentos truchos. Mafia de camiones, de transportes. Quien no paga no circula. Total hay subsidios para todos los obsecuentes de turno.
La Justicia , garante de la verdadera democracia, se ha envejecido; tapada de millones de expedientes atados con piolas, se ha vuelto lenta, muy lenta, perdida en sus propios laberintos. Baste para ejemplificar los juicios de los Jubilados con el Anses, los más de treinta años para juzgar a los culpables de delitos de lesa humanidad.
También se ha vuelto mimosa del poder de turno. Las sentencias esperan un tiempo kafkiano, para que la prescripción llegue como un alivio.
Los empresarios siempre se llevaron bien con los poderes que los favorecen en sus transacciones, se llamen Menem u otra dinastía federal. Dinero para las campañas, coimas en los negocios , "contribuciones" para legisladores corruptos...
Eso sí, mantienen algunas universidades privadas, donde pretenden formar dirigentes que continúen con los modelos gerenciales del capitalismo.
Para ser justa, debo destacar algunas acciones de empresas comprometidas con la realidad social , como Iarse o Valos, pero el buen ejemplo no se extiende, más bien se reduce a ciertos círculos de voluntarios o voluntaristas.
Y ahora las elecciones: el autoritarismo, la dedocracia, la ostentación, la obscena obsecuencia de los que no quieren perder sus privilegios, la reina Cristina manejando los tiempos y las expectativas (agreguemos suspenso a la tragicomedia) de los ciudadanos confundidos ante la complejidad electoral.
Vamos con los "juegos de abalorios" y dejemos, por ignorancia, por indiferencia o conveniencia, que se pudran los ideales de una república representativa y federal. Esa es nuestra verdadera tragedia.
Las opiniones vertidas en este espacio, no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes.