Los accidentes viales muestran el caos en el que vivimos
Un automovilista ingresó a contramano en el túnel de Avenida del Libertador, chocó y atropelló a un motociclista que se encontraba trabajando como repartidor. El hecho ocurrió alrededor de las 5:30 del viernes, en el barrio porteño de Belgrano. El conductor estaba alcoholizado y drogado.
El episodio, según testigos, fue así, el chofer del vehículo, un Volkswagen Gol Trend color gris, dominio LCR 932, ingresó por la mano contraria al corredor ubicado en las calles Avenida Del Libertador y Zabala, circulando así unos 30 metros, sentido hacia la provincia de Buenos Aires y embistió de frente a un repartidor de delivery, de 26 años.
El conductor, identificado como F.O., de 39 años, conducía en estado de ebriedad y bajo los efectos de estupefacientes.
La víctima se encontraba trabajando. El que embistió venía de una larga noche de excesos y no le importaba nada más que tratar de llegar, vaya a saber dónde.
Ahora, la víctima comenzará un largo tratamiento y un eterno peregrinaje tratando de cobrarle al desaprensivo e irresponsable conductor.
No hay día que no tengamos un accidente vial en que no se encuentre presente el alcohol o las drogas, y son síntomas de un tiempo donde las personas no respetan reglamento o ley alguna.
A diario se ven a los conductores furiosos, porque cuando dan positivo de alcohol, automáticamente se los inhabilita para manejar por dos meses. Se los puede ver masticando bronca en los pasillos de Unidad de Faltas, donde putean por lo bajo al funcionario que les comunica la decisión de la inhabilitación.
Estamos en tiempos electorales. TODOS hablan de grandes proyectos, irrealizables en la gran mayoría. TODOS venden gestiones bien maquilladas y usted, que a diario maneja, toma colectivo, tren o subterráneo sabe de los que hablo. El tránsito es un caos.
Ordenar estas pequeñas cosas, no tiene ningún otro secreto que tener la decisión política de traer orden al caos social en el que vivimos hace décadas. Preste atención a las promesas electorales, y vea si alguien habla de esto. Nadie lo hace, ni lo hará. Si se escucharan anuncios de grandes propuestas, que dejaran a los funcionarios enormes dividendos en sus bolsillos, pero que en nada le cambiará la vida al hombre de a pie. Por qué no empezar a reclamar por un tránsito más ordenado, que de seguro, mejoraremos nuestra calidad de vida.
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