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Los accidentes de tránsito y sus secuelas

En más de la mitad de los accidentes de tránsito con víctimas, participan jóvenes menores de 30 años y más de la mitad de ellos queda con algún tipo de discapacidad, según un reciente estudio. Un problema cada vez más grave que requiere soluciones urgentes.

Cada 26 horas se produce un accidente de tránsito con víctimas mortales en la provincia, mientras  que en el 54% de los hechos participan menores de 30 años y la mitad de ellos queda con algún tipo de discapacidad. Los datos surgen de un estudio realizado por la Universidad Maza y destaca el hecho de que los jóvenes de entre 15 y 30 años de edad, que sufren secuelas producidas por accidentes de tránsito, verán afectados sus estudios, su inserción laboral y hasta la conformación de su familia.

Tiempo atrás, estadísticas dadas a conocer a nivel nacional ubicaban a Mendoza en un preocupante liderazgo en la relación de muertes por accidentes de acuerdo con la cantidad de habitantes. Esa situación, sumada a una serie de hechos graves que se produjeron, generó que un grupo de padres se uniera para dialogar con los chicos a las salidas de los boliches a los efectos de alertarlos sobre los peligros de la velocidad luego de la ingesta de alcohol. La Policía, por su lado, realizó operativos que han dado resultados pero sin lograr la efectividad necesaria.

Sin negar las responsabilidades de las autoridades oficiales, en este tipo de situaciones son los padres los primeros responsables. Son quienes deben dialogar con sus hijos y adoptar las medidas del caso cuando observan que, pese a las advertencias, los chicos continúan con sus comportamientos inadecuados.

Las alertas son permanentes, incluyendo una campaña televisiva impactante impulsada por el Gobierno, pero tarde o temprano la realidad se da de bruces con las buenas intenciones y los accidentes vuelven a cobrar notoriedad.

Es por ese motivo que hay que tomar muy en cuenta el citado estudio realizado por la universidad privada, el cual indica que es en los fines de semana cuando se producen la mayoría de los accidentes en los que los jóvenes son protagonistas.
 
Por su lado, un profesional de la organización Luchemos por la Vida advirtió que un parámetro internacional establece que las personas que quedan con discapacidad permanente son el doble de los fallecidos.

Otro profesional destacó que en su gran mayoría se trata de pacientes politraumatizados que ingresan a terapia intensiva, que se ven luego sometidos a un proceso de recuperación prolongado, con resultados imprevisibles, pero que de una u otra manera necesitarán rehabilitación.
 
Se destaca que sólo al sistema sanitario provincial esta situación le demanda una erogación de 50 millones de pesos anuales, a lo que debe agregarse el costo para la familia, que no sólo es de índole económica sino también social, psicológica y espiritual.

También es importante el informe de la comisión de estudio y evaluación de accidentes de tránsito del Gobierno provincial, referido a las personas atendidas sólo en el hospital Central. Las conclusiones indican que el 56% de los atendidos quedó con una discapacidad motora, el 29% de índole visual y el 15% de otro tipo, mientras el promedio de edad fue de 28 años y los más frecuentes de 20 años. Se sabe que el consumo de alcohol y la velocidad constituyen los factores determinantes.

Frente a una realidad tan inquietante resulta necesario concatenar esfuerzos para comenzar a dar los pasos necesarios a fin de revertir la situación. Es importante y debe profundizarse la campaña de concientización impulsada por el Gobierno y multiplicarse los controles policiales en las salidas de los boliches, actuando con la rigurosidad que las circunstancias exigen.

Pero también tiene que existir el aporte de los padres para que sus hijos tomen conciencia de los peligros a los se enfrentan. Si las cosas siguen así no sólo la familia sino la sociedad en su conjunto sufrirá las lamentables consecuencias.