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Los aberrantes detalles detrás del femicidio de una embarazada en Monte Chingolo 

Golpes, un falso suicidio y mentiras están incluidos en el crimen de la joven de 25 años asesinada por su pareja de un disparo en el pecho. Germán Pérez, dijo que ella se mató, pero la policía descubrió que en realidad él era el autor del crimen.

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La vida de Tamara Cortez, de 25 años y embarazada de 8 meses, dio un vuelco inesperado y lo que era ilusión por tener a su futura hija entre sus brazos, se terminó de un disparo el jueves pasado por la noche, cuando su marido, Germán Pérez la atacó, la asesinó a ella y también a al bebé que llevaba en su vientre. 

Pérez está acusado de asesinarla y de hacerle creer a su familia que se suicidó. El joven de 28 años sigue detenido y las contradicciones en su declaración, así como distintos testigos que oyeron una discusión esa noche, lo complican y mucho.

La joven de 25 años fue encontraba muerta con un tiro en el pecho en su casa ubicada en la localidad de Monte Chingolo. Estaba embarazada de 8 meses de una beba que iba a llamarse Gianna Nicole, quien no sobrevivió y murió en la panza de su mamá.

A las 20.50 del jueves, la madre de Tamara recibió un llamado. Era su yerno. Cuando atendió, escuchó la frase que ninguna madre quiere oír: “Tu hija se suicidó”. A partir de ese momento, todo se derrumbó. Llorando y totalmente desconsolada, la mujer le avisó a su hijo mayor lo que había pasado en el interior del PH donde Tamara convivía con su novio.

A los pocos minutos, el lugar se llenó de patrulleros. En la puerta estaba Germán, con los brazos cruzados y con la cara pálida. Uno de los primeros en llegar fue el hermano de la víctima, Carlos Cortez, que contó los momentos posteriores a enterarse de la muerte de su hermana.

“Mi mamá me llamó para contarme que Tamy se había suicidado. Yo fui hasta la casa pensando en eso. No supe nada hasta que lo vi detenido. Lo primero que hice fue ir a preguntarle a Germán qué había pasado. Él estaba pálido, pero mostraba una frialdad que nos llamó la atención. Cuando me respondió, habló como si nada hubiera pasado. No se le caía una lágrima”, contó Carlos.

Según relató, Tamara y Germán se conocieron hace tres años, pero se fueron a vivir juntos hace algunos meses. “Ella era una persona muy reservada y de carácter fuerte, nunca nos contó de algún problema que haya tenido con él. Estaba muy emocionada por su embarazo y era muy amorosa”, expresó.

Sin embargo, Carlos reveló un dato que podría ser de interés en la causa. “Una amiga de ella nos llamó para contarnos que Germán le había pegado en marzo de este año. Que después de eso él la alejó de su amiga, no le dejaba que se manden mensajes, y no se volvieron a hablar desde entonces”.

Por otro lado, uno de los que declaró ante la Justicia fue el mejor amigo del acusado, que iba a ser el padrino de la beba. “Entre Germán y Tamara no iban bien las cosas”, fue lo que le dijo el testigo a la policía. De acuerdo a su versión, el día anterior tomaron mates juntos y el principal sospechoso del femicidio le dijo a su amigo que habían tenido discusiones y que ella se quería ir de la casa.

“Cuando se vieron le dijo que si no iban bien las cosas, que la dejara y que disfrutara del embarazo”, contó Carlos, sobre el consejo que le había dado su mejor amigo. A pesar de eso, Pérez hizo oídos sordos y cometió el brutal crimen.

“Mi hermana tenía la ropa de ella y de la beba preparada para irse. Habían discutido. Ahí fue cuando él la mató. Después salió de la casa para, supuestamente, descartar el arma”, dijo el hermano de la víctima a TN.

Las contradicciones del acusado

Inicialmente, Germán Pérez denunció que cuando llegó a su casa, su pareja ya estaba muerta. Lo que declaró ante los efectivos de la comisaría 6° de Monte Chingolo fue que a las 10 de la mañana del viernes, él salió de su casa y no habló con Tamara “en todo el día”.

Además, aseguró que cuando volvió estaba la luz apagada, entró a la vivienda y se encontró con el cuerpo. Después le tocó la panza y estaba fría. Todo esto sin derramar ni una lágrima.

A pesar de su versión, los investigadores encontraron la primera contradicción: los vecinos declararon haber escuchado una discusión a los gritos y un disparo, proveniente de la vivienda en donde ambos convivían. Tampoco encontraron el arma con la que supuestamente ella se quitó la vida.

En su declaración, también aseguró que entre ellos no habían tenido problemas de pareja. Eso fue desmentido por los frentistas del barrio, pero además por su mejor amigo, quien dejó a disposición su teléfono en donde tenía los mensajes en donde Pérez le contaba cómo era su relación, por demás conflictiva.

La causa está siendo investigada por el fiscal María Soledad Garibaldi, quien ordenó secuestrar los celulares del acusado por el doble femicidio, también el de la víctima. Además, pedirá una prueba de dermotest en las manos de Pérez para ver si tiene restos de pólvora, así como también resta el análisis de las pericias levantadas en la escena del crimen.

Por su parte, la familia de la víctima tendrá una reunión el lunes con la fiscal, para informar sobre los avances de la investigación. “Lo único que queremos es justicia, que este tipo pague por lo que hizo y que no salga más de la cárcel”, cerró su hermano Carlos.

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