Los $100 de ayer son los $500 de hoy
Los precios de vivir tienen una dinámica propia que no está en los estudios estadísticos.
Hace dos años que practicamos este ejercicio en la tele. Lo repetimos una vez por mes. El movilero sale con el micrófono en la mano y pregunta a la gente común: ¿cuánto gasta por día para salir a trabajar? Es nuestro Indec caserito, el de cabotaje.
El ejercicio tuvo un fuerte impacto cuando el gasto diario toco los $100. ¿Cómo se llegaba a esa cifra? Nada demasiado complicado. Transporte, desayuno (café con dos medialunas), almuerzo a veces. Mucha gente ya había decidido llevar vianda al trabajo. Otros solo comían un alfajor de almuerzo. Algunos nos contaban que compraban cigarrillos. Quizá un café extra o una gaseosa en verano. El día que la cifra llegó a los 100 pesos diarios tuvimos gran conmoción en el piso. ¡100 pesos diarios para ir a trabajar! Eso fue hace dos años.
La inflación acumulada desde entonces a hoy (según Indec) medida en trazos gruesos, refleja un 100 x 100. O sea que lo que hace dos años costaba $100 hoy debiera costar $200. Pero la inflación va por un lado y los precios por otro. Formula solo conocida por los argentinos.
La semana pasada hubo nuevamente conmoción en el estudio porque la cifra del gasto diario trepó hasta alcanzar los 500 pesos promedio. Los más austeros gastaban 300 y los “ricos” superaban largamente los 600 pesos. En los mismos rubros: transporte, desayuno, alfajores, café, pancho, alguna barra de cereal, cigarrillos para los viciosos...
Exageran, pensamos. La inflación no dice eso. Pero un paquete de cigarrillos cuesta hoy todo el presupuesto diario de hace dos años. Hay marcas que superan los 140 pesos el paquete. Y hay lugares que el clásico café con dos o tres medialunas supera los 90/ 100 pesos.
¿Cómo se mide entonces el índice de precios? ¿De dónde salen los valores? ¿Representan realmente la variación de los precios de vivir? Yo tengo la respuesta: los precios de vivir tienen una dinámica propia que no está en los estudios estadísticos. Cuando uno deja de monitorear un precio durante 1 año, el impacto asusta. Hace un año se hablaba de 140 pesos un kilo de asado. Hoy supera los 330 pesos. Y eso, dicen, que la carne es lo que menos subió. En los papeles oficiales, en los bolsillos no.
El precio de la vida cotidiana esta descontrolado. Insistimos. Tienen una dinámica propia que no responde a los índices oficiales.
Con el Gobierno anterior o con este, el costo de vivir esta envenenado por una inflación que convirtió en dos años al billete de 100 en lo que hoy es el de $500. Los que duden salgan a la calle, vayan al supermercado, súbanse a un transporte y después me dicen.
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