Loca de amor
Por Florencia Canale. La cantante terminó su relación con Antonio De la Rúa y vive un tórrido affaire con el defensor del Barça. Pasión, división de bienes y millones.
Cualquier ojo atento y sagaz podría haber descubierto, en agosto pasado, el secreto mejor guardado por Shakira hasta hace unos días. Su relación con Antonio De la Rúa terminaba luego de 11 años y al instante arreciaba la noticia del recambio con el guapo defensor del Barça Gerard Piqué.
La colombiana llegaba a la vida del futbolista catalán a fines de mayo de 2010, durante las jornadas de grabación del hit mundialista "Waka Waka", donde él y otros futbolistas –un tibio Lionel Messi por ejemplo- jugaban con la pelota más pateada de Sudáfrica. Sin embargo, nadie registró nada. Shakira movía sus caderas rotundas con la excelencia de siempre y avivaba a las masas deportivas.
En agosto desembarcaba en Barcelona para chapotear en la fuente de la Pla de Palau, patinar en la Barceloneta y andar en moto sin casco para la filmación del clip de Loca. Lo más notable de las imágenes, era el cuerpo bien adelgazado de Shakira. La rubia de rastas había bajado varios kilos.
Y hoy, si se efectúan las cuentas pertinentes, las razones son más que evidentes: la angustia por el final con su pareja de años y la llegada de aquel amor renovador, sin solución de continuidad.
Ahora llegaron los tiempos en que Shakira y Antonio le avisan al mundo que la pareja había emprendido el punto final en agosto. Y que el muchacho continuará al mando de los negocios; y el sinfín de rumores que unían a la bomba latina con el joven atleta, entraban en el terreno de la confirmación. Los enamorados clandestinos habían sido descubiertos en un hotel en Ibiza, donde ella estaba alojada y él no, y era fotografiado saliendo agazapado bien temprano a la mañana. Las preguntas inundaban la prensa mundial y hoy resultan un dato más para la instalación del amor.
El futbolista –el mismo que había sido fotografiado en una situación demasiado cariñosa unos meses antes con el otrora jugador del Barça Zlatan Ibrahimovic- hacía pública su separación con una novia decoradora de interiores, llamada Nuria Tomás. Se asumía entonces como un soltero más, aunque la verdad era otra. Y llegaría ese perdido fin de semana de agosto, cuando Shakira alquilaba siete habitaciones de una casa rural para concretar un encuentro fogoso más con su adonis de ojos azules.