Lo que no te contaron del Metrobus
El Metrobus llegó como una verdadera solución a la movilidad en la Ciudad, pero hay algo que no te dijeron.
Por María Clara Rositano
@ClariRositano
El Metrobus llegó como una verdadera solución a la movilidad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y realmente es muy práctico, pero hay algo que el Gobierno no previó o no trató de solucionar para el resto de los transeúntes. ¿De qué se trata?
Este "sistema de transporte combina colectivos articulados y tradicionales con carriles exclusivos. Disminuye los tiempos de viaje, brinda previsibilidad, comodidad y mejora la calidad ambiental".
Hasta aquí todo bien. Antes de la inauguración de cada obra hay un gran caos pero después el tránsito se regula y todo vuelve a su cauce normal, e incluso más ordenado.
Los colectivos pasaron de ser los dueños de la calle a tener que ir por el medio. El problema es que después de tan magnánimas obras, hay un detalle clave que no se tuvo en cuenta o no se atendió: el estado del asfalto.
Cuando un vehículo pesado se traslada constantemente por una zona de asfalto, el mismo se va horadando, perdiendo la rigidez y comienza a presentar irregularidades. Aquellos que circulan constantemente por las vías de ingreso y egreso de camiones, lo sabrán muy bien.
A más de un año de la inauguración del segundo tramo del Metrobus Norte (Santa Fe/Cabildo) -es importante destacar que hablamos del SEGUNDO, no de la primera parte de la obra que se realizó en 2015, es decir, casi tres años-, todavía no se hicieron labores de repavimentación de los carriles que quedaron para los particulares, que son, justamente, donde pasaban constantemente los colectivos. Es decir, son las vías que están plagadas de pozos, baches, sinuosidades e irregularidades constantes.
Si en auto se siente, no saben lo que es transitarlo en moto: una verdadera experiencia de turismo aventura.