Lo marcaron en el banco, lo asaltaron, lo balearon y lo indemnizarán 8 años después
Un juez había fallado a favor de la entidad. Pero la Cámara lo revirtió y tendrá un resarcimiento como Carolina Píparo.
Cinco mil pesos en efectivo. Ese fue el monto que le costó el ojo izquierdo a Andrés Jaroslavsky. Los había retirado por ventanilla de un banco en Santa Fe y Bonpland, Palermo, el 9 de septiembre de 2009. Un año antes del robo que terminó con la vida de Isidro, aún en la panza de su mamá, y que llevaría a la "Ley Carolina Píparo": las mamparas obligatorias frente a las cajas. A Andrés "lo marcaron". Como en la vieja escuela de las salideras bancarias: desde adentro.
En primera instancia, el año pasado, la Justicia le había negado una indemnización por la falla de seguridad en esa sucursal del BBVA Francés. Pero un nuevo fallo, que sienta precedente, obliga ahora al banco a pagarle una compensación millonaria por el hecho que -como dice Andrés a Clarín- le "arruinó la vida".
En una sentencia dividida, La Sala J de la Cámara Civil acaba de revocar la decisión tomada en febrero de 2017 y condenó a la entidad a indemnizar a la víctima con $ 620.000 más intereses -un total cercano a $ 2 millones- por los daños sufridos.
Andrés, al momento del hecho, tenía 30 años y visión perfecta en ambos ojos. Tres delincuentes lo siguieron 20 cuadras al salir del banco. Uno lo asaltó y le pidió el monto exacto de la extracción. Ahí es cuando aparecen las "características singulares" que alegó el banco en el juicio y que habían sido atendidas por el juez Maximiliano Caia, del Juzgado N° 95 de la Justicia Nacional en lo Civil.
Andrés trabajaba en una empresa de seguridad y había ido al banco con un custodio, José Olguín. Según registraron las cámaras de seguridad, un miembro de la banda logró espiarlos dentro del banco sin ser detectado, pese a su evidente actitud sospechosa. Eso permitió que sus cómplices los siguieran hasta la sede de la firma, en Chacarita.
Al bajar ambos del auto, el custodio entró al edificio y Jaroslavsky quedó solo en la calle por un momento. El asaltante aprovechó y lo abordó: "Dame las cinco lucas que sacaste del banco", le dijo, y le dio un culatazo en la cabeza. El custodio vio todo desde un monitor de vigilancia, volvió a salir y se tiroteó con los delincuentes para defender a su jefe, que entonces recibió un tiro en la cara.
El juez de primera instancia admitió que el sistema de seguridad del banco resultó "insuficiente" e "inoperante", y que eso "pudo exponer" a la víctima. Pero sostuvo que eso no alcanzaba para considerar responsable a la entidad. Porque, según opinó, las heridas tuvieron su causa directa no en eso, sino en el asalto y en la "imprevisible" intervención del custodio. El incumplimiento del banco "no puede ser calificado como causa jurídica del daño", había dicho Caia.
En el fallo de cámara, en tanto, el criterio que primó fue que el banco debía responder por los daños, porque no cumplió con su obligación de garantizar la seguridad de sus clientes, tal como exige el artículo 5 de la Ley de Defensa del Consumidor 24.240. Y porque "el obrar delictivo del que fueron víctimas (Andrés y el custodio) comenzó en la instalación bancaria", haciendo posible todo lo que sucedió luego.
"La indemnización me va a venir bien para comprar una casa. No soy propietario. Pero ni siquiera alcanza. Y esto no me devuelve el ojo ni me saca el trauma. Me revictimizaron durante ocho años. Hicieron que me cueste muchísimo encarar nuevos proyectos. Me costaba mirar a la gente a la cara", relata.
"Son sentimiento raros. Es buenísimo porque entendieron que el reclamo es válido y que hubo negligencia del banco. Pero no deja de teñir de amargura todo. No es una victoria. Es lo que correspondía. No se me nota contento. Hay que festejar algo que se debería festejar, no algo que corresponde", añadió. Ante la consulta, en el banco BBVA Francés prefirieron no hacer comentarios sobre la sentencia.
Según se dispuso, el custodio también será indemnizado. Recibirá $ 69.000 más intereses. Él y su jefe herido recibirán el dinero en un plazo de diez días. Pero nadie festeja.
En otra causa, un hombre pide desde 2014 que le paguen por haber sido "entregado"
"Tenga cuidado que a usted no le pase lo mismo. Yo terminé así". Eso se lee por estos días en unos llamativos afiches que aparecieron pegados en varios barrios de la Ciudad. Al lado se ve una foto de un hombre internado y un texto donde acusa al Banco Galicia por un asalto que sufrió el 6 de febrero de 2014, en Temperley, tras haber hecho "un movimiento importante de dinero" de su caja de seguridad.
"A los dos días, a la noche, un grupo comando irrumpe en mi casa, me disparan un tiro en la cabeza, me dan por muerto, agarran a mi esposa y le piden que les entregue la plata que yo había sacado del banco", acusa.
Alfredo Ibáñez, la víctima, pide desde entonces ante la Justicia de Lomas de Zamora que el banco lo indemnice con $ 80 millones, alegando que un iPhone robado de su casa por los delincuentes reportó días después estar dentro de la misma sucursal. "Me entregaron del banco, custodios y/o empleados", acusa la víctima.
Fuentes del Banco Galicia, sin embargo, afirman que eso está lejos de estar probado: "Lamentamos lo que le ocurrió, pero creemos que no tenemos ninguna responsabilidad. Aunque sabemos que el hombre entró al banco, al haber usado una caja de seguridad, no sabemos si se llevó dinero de ahí ni cuánto. Y la ubicación brindada por el teléfono puede no ser exacta".
En la entidad destacan que el único detenido por el caso, Jonatan Gaspar Pavón, quien va a juicio acusado de ser quien disparó, no es empleado del banco ni integraba el personal de seguridad.