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Lo abandonaron al nacer y él, los encontró por Facebook

No descansó -durante sus cortos 23 años- hasta dar con su familia. En abril, halló a su madre. Esta vez, gracias a la red social, encontró a su padre y a su hermano.

"Mi mamá biológica me había dado un nombre y un apellido del que podía ser mi papá, pero no sabía bien cómo escribirlo. Cuando lo busqué en Facebook encontré tres posibles opciones y terminé dando con el que es mi papá biológico", relató Mauricio, el chico de 23 años abandonado al nacer y que, con esmero y sin descanso, buscó inacabablemente a su madre hasta ubicarla en abril de este año.

"Y también tengo un hermano, así que todo esto vuelve a ser una emoción muy fuerte para mí", agregó el chico que creó un grupo en la Red social específicamente para obtener datos de su progenitora.

De esta manera y a través de "Busco a mi mamá", Mauricio aportó los datos de su nacimiento (nacido en enero de 1987, abandonado en un hospital de Córdoba, sietemesino y con un solo riñón tras haber perdido uno por fajarse su madre el vientre durante el embarazo).

Mauricio es conocido como David, ese es el nombre que llevó toda su vida. Sin embargo, el chico decidió cambiarse la identidad a partir de toparse con su verdadera mamá.

Sin dudarlo y evidentemente muy comprometido con la recuperación de su identidad, Mauricio viajó este fin de semana a la provincia en donde se radican el resto de sus familiares: "Entiendo que él pueda sentirse raro y que le pueda llevar un tiempo asimilar toda esta historia, así que le dejé dicho que me llamara cuando quisiera", declaró Mauricio, quien, no obstante, aseveró que sabe que su padre "está contento, pero también nervioso y ansioso" con la noticia.

"No aguanto más las ganas de abrazar a mi papá y a mi hermano"
, contó Mauricio con emoción y, dejando una gran enseñanza de vida, sin muestras de rencores y con el absoluto don del perdón.

A su vez, y gracias a su caso, se creó un nuevo grupo “Feisbukiano” llamado "Hijos del Corazón", que se orienta a la ayuda de personas con su mismo problema. Nada más y nada menos que la carencia de identidad.