Llega la moda de los alimentos biodinámicos
* Por Alfredo Sainz. Son los productos en cuyos cultivos se usaron fertilizantes naturales y preparados homeopáticos, y se respetó el calendario agrícola anual.
Después de los alimentos orgánicos, la nueva tendencia en los mercados más desarrollados en materia de comida saludable son los productos biodinámicos.
En línea con la tendencia ecológica mundial, el concepto básico de la agricultura biodinámica es trabajar con la tierra como un organismo vivo e influido por los ciclos del sistema solar. Para ser considerado biodinámico un producto debe cumplir con tres requisitos.
El primero es el uso de fertilizantes naturales, ya que está terminantemente prohibida la utilización de cualquier agroquímico y en su reemplazo sólo se emplean abonos animales de fabricación casera. La segunda premisa es respetar un calendario agrícola anual, siguiendo las fases lunares y la posición de los planetas, para saber los días que son adecuados para sembrar y cosechar. El último requisito es el uso de preparados homeopáticos derivados de plantas que tienen propiedades para combatir insectos, hongos y parásitos.
El proceso para acceder al sello biodinámico que expide la agencia Demeter International no es instantáneo y en promedio un productor tiene que esperar cinco años a partir del momento en que se destierra el uso de los herbicidas y de todo tipo de productos químicos sintéticos.
Precios diferenciales
La espera igualmente vale la pena. En Nueva York o Londres hay cada vez más consumidores dispuestos a pagar un plus por vinos, frutas, hortalizas o aceites que cuenten con el sello de Demeter, y en mercados como el de Inglaterra en el último tiempo se multiplicaron las marcas especializadas en este tipo de productos como el té Hampstead, el yogur Old Plain Hatch o la carne de cerdo envasada Heritage Prime. Todas ofrecen no sólo un alto nivel de calidad, sino también precios que son, en promedio, un 60% superiores a los de la competencia.
Vinos en alza
A nivel local, la biodinámica se arraigó con más fuerza entre las bodegas y de hecho ya son tres las empresas que están trabajando con viñas biodinámicas: Colomé en Salta, Noemia en Río Negro y Finca Dinamia en San Rafael, Mendoza. Detrás de esta última bodega se encuentra el empresario Alejandro Bianchi, que hace cinco años vendió su participación en Bodegas Bianchi para lanzarse con este proyecto. "Los vinos biodinámicos compiten en la alta gama y afuera la franja de precios oscila entre los US$ 50 y 500. Además, se trata de una tendencia en alza y de hecho en la feria de Vinexpo, que es una de las más importantes del mundo, ya funciona un pabellón especial para los vinos biodinámicos", señaló Bianchi, que inició la comercialización en vinotecas y restaurantes de su línea Buenalma.
Lo que viene
Más allá de los vinos de Finca Dinamia, la presencia local de productos biodinámicos continúa siendo muy reducida, aunque lentamente surgen los primeros productores en otros rubros.
"Sabemos que hay un productor que está trabajando con manzanas en Río Negro y también existen algunos proyectos de jojoba y chía en el norte del país y de cerezas en la zona de Los Antiguos, en Santa Cruz", explicó Bianchi. Del otro lado de la Cordillera, sobresale el caso del grupo Concha y Toro, el mayor grupo vitivinícola de América latina, que ya tiene plantadas más de 200 hectáreas respetando las técnicas biodinámicas y comercializa dos vinos con la etiqueta de Demeter y las marcas Coyán y G..
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