Llamado urgente a un plan de emergencia nacional
Temperaturas constantes de 37 grados y vecinos desesperados por la falta de luz. Hay que implementar un plan que atienda las necesidades básicas de la gente.
Las imágenes de los argentinos desesperados por el calor y la falta de luz, cortando calles y autopistas, desplazaron a las de la tradicional mesa y árbol navideños: las temperaturas no bajan de los 37 grados y la luz no vuelve.
El Gobierno tiene que declarar ya la "emergencia nacional" e implementar un plan urgente para que la escasa energía disponible llegue exclusivamente a los hogares y a las familias.
Comercios, industrias, shoppings, bancos e instituciones, privadas o públicas, que no tengan capacidad para generar su propia energía, no deberían abrir sus puertas. La luz es para las casas y las personas que no tienen otra alternativa más que la de sobrevivir.
En el contexto de emergencia, debería disponerse ya el cese de todas las actividades que no estén en condiciones de desarrollarse con generadores propios, hasta que cambien las condiciones climáticas y el calor dé una tregua.
En el mundo, ante temperaturas extremas, los gobiernos implementan planes de emergencia nacional. Sea por frío o por calor. Y destinan los recursos disponibles a los sectores prioritarios.
El mundo funciona de esa manera. La Argentina, no. Ya es hora de que empiece a hacerlo.