Liverpool le ganó al Flamengo y es el nuevo Campeón del Mundo
El rey de Europa venció en tiempo suplementario y se alzó con el título del Mundial de Clubes.
Por séptima edición consecutiva, el Mundial de Clubes tiene campeón europeo. Esta vez fue el turno de Liverpool, de Inglaterra, que tuvo que esperar hasta el tiempo suplementario para doblegar a Flamengo, de Brasil, por 1-0. El gol de la victoria inglesa lo hizo el brasileño Roberto Firmino (en su país jugó en Figueirense de Florianópolis) a los 99 minutos del encuentro disputado en el estadio Internacional Khalifa, en la ciudad de Doha, Qatar.
Esta fue la primera consagración a nivel mundial de Liverpool, que ya había perdido tres finales a lo largo de su historia: ante el propio Flamengo por 3-0 en 1981; frente a Independiente por 1-0 en 1984 (ambas por la ex Copa Intercontinental); y contra San Pablo por 1-0 en 2005, en la que fue la primera reedición del Mundial de Clubes, que se había inaugurado en el año 2000 y no se volvió a realizar hasta cinco años después.
El cuadro brasileño atravesó un pequeño proceso de adaptación en los primeros minutos de juego y le costó poner a funcionar correctamente su engranaje, sobre todo porque la presión alta del conjunto inglés le cortaba los circuitos y le impedía progresar en el campo con fluidez. Fueron 10 minutos de amplio dominio del monarca europeo.
Pero con el correr de los minutos fueron los Reds los que bajaron su intensidad, retrocedieron unos metros y cedieron el control a un Mengão que pisó el área rival con poca claridad. El Fla comenzó a empujar cada vez más cerca al arco de Alisson, con Bruno Henrique como jugador más desequilibrante. El primer tiempo acabó sin goles, con ambos equipos llevando peligro, pero sin la lucidez para abrir el marcador.
La primera situación clara, más allá de un remate de Henrique que tapó Joe Gómez, fue la que tuvo Roberto Firmino en el arranque del complemento. Iban 3 minutos cuando recibió un pase de Henderson, eludió a su marcador y su tiro se estrelló en el palo. Sería un aviso de cara al cierre del encuentro.
Gabigol exigió a Alisson pero no logró vulnerarlo y, llegando a los últimos 20 minutos del partido, el ritmo bajó considerablemente. Ambos equipos se mostraban cómodos, aunque el equipo brasilero ponía un poco más de audacia. De hecho, Jorge Jesus apostó por los ingresos de Vitinho y Diego para intentar aprovechar sus opciones en ofensiva, mientras que Klopp se inclinó por Lallana para refrescar el mediocampo.
De todas formas, el equipo inglés fue el que tuvo las opciones más nítidas en la segunda etapa, donde Diego Alves fue exigido en un par de oportunidades.
Sobre el cierre, en el último minuto del tiempo reglamentario, se vivieron momentos de tensión con un penal cobrado a favor del Liverpool que luego fue desestimado a costas del VAR. El árbitro había cobrado la pena máxima por un quite de Rafinha sobre Sadio Mané pero al revisar la jugada en el monitor revocó su decisión. El reloj corrió y el pitazo final del colegiado decretó que el partido seguía en la prórroga.
El cotejo se fue a la prórroga. Ambos equipos estaban visiblemente agotados al iniciar el tiempo suplementario y parecía que nada evitaría los penales. Pero los Reds lograron marcar el gol que les dio la gloria de cumplirse los primeros 10 minutos. Fue una transición rápida típica del elenco de Klopp, que partió de un pase largo de Henderson y continuó con una gran jugada de Mané. El senegalés le dejó el balón servido a Roberto Firmino, quien tuvo nervios de acero y dejó desparramado a Alves en el suelo antes de enviar el balón al fondo de la red.
Fue el gol que puso fin a una maldición histórica, porque pese a ser campeón continental en seis ocasiones, el Liverpool nunca había podido ser campeón del mundo. No jugó la Copa Intercontinental de 1977 y 1978 por cuestiones de calendario. Luego perdió la final de 1981 contra el Flamengo de Zico y la de 1984 ante Independiente. Su última caída de esta índole había sido en 2005 frente al São Paulo FC.
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