Linchamiento y redes sociales: zona de reunión para una sociedad sin rumbo

En las redes sociales uno encuentra de todo. Desde valiosos usuarios de los cuales se puede aprender o mantener una educada discusión, hasta personajes irrespetuosos que agravan o amenazan por solamente pensar diferente.

Dentro de esta órbita peculiar que llamamos internet, ahora se sumó una nueva horda de linchadores. Sí, no solamente se lincha a los ladrones espontáneamente, sino que la moda se sistematizó tanto que se armaron grupos de Facebook y Twitter para organizar, recomendarse y hasta congraciarse por haber hecho "justicia por mano propia", signifique lo que eso signifique.

"Yo apoyo la Justicia por Mano Propia - El Pueblo se Defiende", aparece como grupo en Facebook. "Yo también estoy a favor de las acciones de autodefensa popular contra delincuentes, políticos, militantes y periodistas pro-delincuencia!" publican allí, donde ya se exceden del ámbito de la criminalidad y se extienden a casi todo aquel que esté en contra de lo que ellos piensan.

¿Culpa de la gente? Para nada. Solamente son reacciones desesperadas de una sociedad que se encuentra sola, desolada y sin apoyo. Ahora, es imposible debatir sobre lo justo o no que son los linchamientos. Es un delito, le guste a quien le guste. Una cosa es defenderse y otra, muy diferente, es que un grupo de gente se ponga a patearle la cabeza a un hombre, por más ladrón que sea.

"Si robas a uno robas a todos. Te vamos a perseguir y encontrar". ¿Eso es justicia? ¿Desde cuándo el ciudadano define lo que es o no justo? Permítanme decir que me parece un poco hipócrita apoyar los linchamientos "para defender a una persona que sufrió un robo" cuando en la vida cotidiana pasamos por encima constantemente los derechos de ese "otro".

"Instrucciones para un linchamiento", reglamentan en otro grupo: "No le patees la cabeza al delincuente. Pisale la muñeca y quebrale los dedos hacia arriba de las dos manos. Con eso te aseguras que por más que Zaffaroni lo suelte no podrá robar como por cuatro meses".

La gente está sola, desesperada y cansada. No siente apoyo ni de los gobernantes actuales ni de los posibles futuros (¿Me pareció a mí o escuché a Macri decir que "el Estado está ausente cuando dirige una Ciudad donde el acto de vandalismo es tan común como suspirar?), pero eso no es razón suficiente para ir pisando cabezas por la calle.

Juicio gusto, prisión y condena, palabras que la sociedad reprimió. Y es culpa de los gobernantes.