Ley de Educación Sexual Integral: la realidad detrás de una ley fantasma
Discriminación laboral, xenofobia y bullying: el "detrás de escena" de una ley que nunca se respetó.
Por Belén Satulovsky (@BeluSatu)
Ya pasaron doce años desde la sanción de la ley de Educación Sexual Integral 26.510. Fue el 4 de octubre de 2006 cuando se dejó asentado que "todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos de gestión estatal y privada". Sin embargo, según el informe realizado por el Gobierno de la Nación basados en los resultados de los exámenes "Aprender" sólo 9 de las 24 jurisdicciones la implementaron.
La ley 26.510 no sólo no fue respetada en Buenos Aires sino que posee un artículo que se contradice. El artículo 5 dice que la ESI es obligatoria para todo establecimiento pero, se puede aplicar de manera discrecional permitiendo que cada institución adapte los contenidos a su criterio.
Actualmente, el debate sobre el tema volvió a ser un tema central en la sociedad cuando, el 30 de octubre se planteó en el Congreso de la Nación un nuevo proyecto de ley de Educación Sexual Integral. En un escenario similar al vivido durante el debate por la legalización del aborto, la discusión estuvo dividida entre verdes y celestes.
Gisela Cassoutto es especialista en violencia de género y sexualidad, para ella que se respete el nuevo proyecto de ley es fundamental para lograr de a poco, un cambio social. "La nueva ley ayudaría a discernir pautas de manipulación, acoso, abusos y suicidio juvenil porque trabaja sobre lo construido (pero no natural) de las divisiones de género existentes. Es decir, todo comportamiento está leído desde una construcción socio histórica determinada que se considera como lo "normal", lo que "corresponde" cuando en verdad no es así", dijo la especialista.
El nuevo proyecto busca por un lado, eliminar la posibilidad de que los establecimientos educativos adapten la ESI a su "ideario institucional y a las convicciones de sus miembros", ya que sostienen que esto implica una obstaculización de la enseñanza y educación en escuelas religiosas. Por otro lado, que se exceda de lo biológico y reproductivo, tiene ejes como valorar la afectividad, respetar la diversidad, reconocer la perspectiva de género, cuidar el cuerpo y la salud.
Como en todo debate social, existen sectores que están a favor o en contra de los diversos proyectos. Sin embargo, la problemática también incluye a quién y cómo transmite la enseñanza. "Mi mamá fue maestra y vicedirectora de un colegio privado católico muy conocido de la zona de Belgrano, contó que hace más o menos 10 años asistió a una jornada de educación sexual en donde la charla la daba un sacerdote que exponía que lo mejor que podían hacer era evitar el sexo a toda costa y que, en el caso de llevar a cabo una relación sexual... se haga sin preservativo", manifestó Augusto, docente de teatro musical y maestro en el jardín de infantes "Arcoiris", ubicado en el barrio porteño Recoleta.
Lourdes Arias, o "Luly", como le gusta que la llamen, es pedagoga y trabaja como docente en el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis, en donde da tres materias: salúd, técnicas de estudio y género. Luly nació en Catamarca y se vino a Buenos Aires en 2009, época en la que no existía ninguna ley que ampare a la comunidad trans ni ley de identidad de género. "Vine a Buenos Aires con el título en mano creyendo que podría conseguir empleo, sin embargo, sentí que la sociedad me empujaba a la prostitución como único medio de subsistencia", sentenció.
Cabe destacar que el programa que compone a la Ley 26.510 considera aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos; con el objetivo de promover actitudes responsables ante la sexualidad y género, procurar la igualdad de trato y oportunidades para todos y prevenir los problemas relacionados con la salud. Al mismo tiempo, brindar la información necesaria sobre situaciones de violencia en las relaciones interpersonales, ya sean afectivas y/o sexuales, como también, dar a conocer los derechos de las diversidades sexuales y de la responsabilidad del Estado frente a situaciones de discriminación y violación de derechos.
Al día de hoy, puede decir que la vida le cambió por completo cuando, desde hace cuatro años, la llamaron del Ministerio de Trabajo buscando docentes trans para el Mocha Celis (primer bachiller trans en Latinoamérica). La creación del mismo en el año 2011 implicó un hecho revolucionario, creado por militantes como Diana Sacayán, la finalidad del mismo es brindar educación y espacio de contención a todas las personas que, por cuestiones de bullying sobre su género fueron expulsados de sus colegios.
La docente, insiste en que el nuevo proyecto es fundamental pero que el problema es que no se respeta. "Hace poco me enteré que en un colegio de acá de Buenos Aires un hombre se suicidó porque no aguantaba más el bullying que sufría, no le respetaban ni siquiera su identidad de género (sabiendo que la Ley de Identidad de Género fue sancionada en 2012) y tienen que respetar la decisión de la persona sobre su cuerpo y merece ser respetado y tratado como tal. Pero es como todo acá, nunca se respeta la ley", denunció Lourdes un poco indignada por la situación.
"Hoy es necesario este tipo de secundario como el Mocha porque, no sólo es un espacio educativo, también es de contención pensado en las realidad de las chicas. El horario del colegio es de 14 a 18 porque el 80% se dedica a la prostitución por esta situación, entonces usan la mañana para dormir y descansar. Es un espacio flexible, pensado en que justamente muchas pasaron toda su vida sin recibir educación por causa de la exclusión social", agregó Luly.
Augusto es docente de teatro musical para jóvenes adolescentes, profesor de teatro en inglés para chicas de séptimo grado, profesor de inglés en segundo grado y docente para adultos en otro instituto. Su visión sobre la ley es positiva no sólo con la mirada de docente sino también con una mirada de construcción social.
"Estoy de acuerdo en enseñarle a los chicos ESI para que puedan crecer libres, para evitar abusos sexuales y para que sepan diferenciar entre caricias que corresponden de las que no. En el caso de nenes chiquitos, es importante que sepan lo que es ´guardar un secreto´ de algo que deben denunciar con sus padres. Todo esto a través de tácticas y herramientas para poder brindarles cierta seguridad y conocimientos que les ayude a desenvolverse en este mundo",evidenció Augusto.
Los años fueron pasando y, la realidad que gira en torno a la ley fue siempre la misma: que no se aplica. Desde 2017, comenzaron a realizarse en los colegios los exámenes "Aprender", en dónde se evaluaban los conocimientos sobre la ley y, temáticas de género, sexualidad y protección. En los resultados, un 79% de los estudiantes dijo que falta educación sexual, 76% que falta abordaje sobre violencia de género. Sólo la mitad de los alumnos conocía la existencia de la ley vigente y, el 86% la relaciona con aprender sobre el "aparato reproductor".
En cuanto a los docentes, un 86% "incorpora" ESI en sus clases pero, mediante charlas sobre educación sexual es decir, que 4 de cada 10 lo lleva para el lado biológico.
Según comentó la psicóloga Cassoutto, una de las mayores trabas para la ley es que, en la sociedad no se entiende la diferencia entre lo que es el respeto por la religión con las diferencias escolares y una "desatención"en las pautas de educación. "Para mí, la ley debería considerarse como una materia central como lo es matemática o lengua, después dalo a tu manera pero respetá las normas como corresponde", finalizó.
"Sólo con educación se puede abordar correctamente la problemática de los embarazos no planificados en las escuelas y las cifras alarmantes de abuso en la infancia", comentó Gisela.
Actualmente, según la evaluación "Aprender", 39% de las chicas abandonan la escuela por embarazo no deseado y, 9 de cada 10 jóvenes exigen que se implemente ESI sin embargo, los colegios no responden al pedido.
El otro lado
Paralelamente a la lucha por la modificación y correcta aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral, se viralizó la campaña proclamada como #ConMisHijosNoTeMetas impulsada por grupos conservadores, mayoritariamente católicos y evangelistas. Si bien este movimiento comienza a tomar fuerza a través de las redes sociales en Argentina, el concepto es originario de Perú, cuando en 2016 los sectores ligados a la iglesia marcharon en voz de una supuesta desestabilización social hacia la institución de la familia, asegurando que se buscaba "homosexualizar" a la gente.
La falta de la voluntad política, la presión de los sectores conservadores y la falta capacitación docente, son algunos de los obstáculos que viene atravesando no solo la reforma, sino la ley en sí desde su creación.
Gisela Cassoutto, psicóloga y especialista en violencia de género, remarca que: "Se necesita otra visión sobre las diversidades y disidencias. No todos somos blancos, heterosexuales, cis y disfrutamos del coito como en las películas... Entiendo que existen instituciones religiosas, pero para que sean de educación oficial van a tener que cumplir ciertos protocolos en relación a la ESI y eso, en consonancia con la educación para la prevención del Abuso Sexual Infantil, muestra que nadie tiene un poder total que puede saltarse ciertas normas".
Este debate entre vuelve a poner en evidencia la grieta existente entre los sectores sociales argentinos, así como pasó en medio de la discusion y votacion por el aborto en agosto de este año. Con esto, los militantes "Pro Vida" buscan descartar la obligatoriedad de la ESI, además de no brindar información y libertad a los alumnos sobre su sexualidad e identidad ya que lo consideran como un "atentado a las familias".
Augusto, profesor de teatro musical remarca que: "Es curioso y a su vez no, que la gente que se opone a la implementación del ESI sea la misma que se opone no solo a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo sino también a todo lo que pueda generar un cambio en la sociedad."
Bajo la consigna "Educación sexual para prevenir SI, ideología de género para adoctrinar NO", acompañan la iniciativa de oposición frente a la reforma y aplicación de la Ley 26.510 y bajo el concepto de no querer perder el derecho de educar a los propios hijos en un ambiente libre de ideologías y dando a entender que "los hijos son de los padres, no del Estado".