Leonor Benedetto justificó los abusos en la farándula: "A las mujeres se nos está yendo la mano"
La actriz generó polémicas por su opinión sobre las situaciones de acoso en el mundo del espectáculo.
En el último tiempo, hubo diversos escándalos respecto al abuso sexual que tocaron a famosos actores de Hollywood pero también a celebridades en la Argentina. Muchas fueron las mujeres que salieron a contar sus experiencias y a denunciar. Consultada al respecto, Leonor Benedetto marcó su postura y lanzó una frase polémica: "Me parece que a las mujeres se nos está yendo la mano".
La actriz de la recordada novela Rosa... de lejos (1980) aseguró que también vivió situación similares a las que otras colegas suyas salieron a denunciar, pero ella tiene otra postura: "Yo sería una cínica espantosa si en este momento saliera a contar cosas que me pasaron, porque no las viví como un abuso", dijo en una nota con el ciclo radial La conversación (La Once Diez).
Y siguió generando polémica: "Cuando estás empezando una carrera y sabés que tu carrera depende del jefe, del director, que ese jefe o director te elogiara, a veces con algo subido de tono, era algo que producía casi cierto orgullo".
En línea con su postura, Benedetto también defendió a Kevin Spacey, acusado por distintos actores de acoso sexual. "Me parece una locura arruinarle la carrera a Kevin Spacey cuando un pendejo de 14 años estaba en una fiesta de adultos, donde había drogas y alcohol. ¿Y qué hacía allí?", lanzó sobre los dichos del actor Anthony Rapp, quien afirmó que el protagonista de House of Cards intentó abusar de él en 1985, cuando tenía 14 años.
Sin embargo, la actriz aclaró que el caso de Weinstein es completamente diferente porque "ese señor es un enfermo".
En medio de la entrevista, Leonor sorprendió al confesar un episodio del que fue víctima su hija, y del que ella se enteró mucho tiempo después. "A mi hija cuando tenía entre 10 y 12 años, un portero la tocaba y nunca me lo dijo. Me lo contó cuando ya era grande, odié la situación cuando lo supe, y la excusa del niño de no hablar, es para no generar problemas a los padres".
En ese sentido, agregó: "Yo me acuerdo que cuando tenía 12 años e iba al almacén en Paraná, me tocaban la cola ¿y cómo se evita eso?".
Sobre el final, dejó en claro su postura: "Considerar que un piropo subido de tono es un abuso, yo no estoy muy segura. Eso lo pueden decir las mujeres que de verdad han sido abusadas, entonces es banalizar el abuso real. Yo hace mucho tiempo que pienso que desde que apareció el feminismo en la faz de la tierra, defendiendo una causa muy justa, empezamos las mujeres a irnos de mambo y entonces no tenemos el real punto de equilibrio entre lo que significa defendernos y soportar con un poco de humor algo".
Y cerró: "El límite es muy difuso. Deberíamos fijarnos cuál es el límite, porque si no me pueden decir un piropo por la calle, estamos en el horno".