Lejos de los sueños reeleccionistas, CFK piensa en su nuevo mandato

La respuesta, es no. Ni en la cabeza de la Presidenta, ni de algún miembro de la oposición. ¿Por qué se armó, y sobre todo entre los opositores, una discusión innecesaria que no está en la agenda de nadie y lejos de las necesidades de la gente? Y ¿por qué la oposición, que debe encontrar un mensaje de polarización con el gobierno se enroscó en semejante polémica, que sólo sirvió para ensalzar algunos egos discursivos?

Se puede decir que, una vez más, Elisa Carrió ha sabido usar sus apariciones mediáticas, siempre bien estudiadas y cuidadas, para “meter la cola”. Y que logró, sembrando sospechas sobre un hipotético acuerdo entre Hermes Binner y el oficialismo, hacer daño sobre la figura del santafesino, en momentos en que éste viene asomando como segundo.

Hay en Carrió un viejo encono personal contra Binner, que se remonta a la campaña del 2007. En privado, suele castigar duramente a Binner, a quien alguna vez en sus tertulias llamó traidor. Y encontró en la plataforma del Frente Amplio Progresista un resquicio de idea que plantea, a futuro, debatir la instalación de un sistema parlamentario a semejanza de las democracias europeas. La vieja idea que Raúl Alfonsín intentó plasmar sin éxito en la reforma del 94, y que quedó a medio camino, en la figura del Jefe de Gabinete que no sirve para lo que había imaginado.

La idea del líder radical era que en un país de inestabilidad como la Argentina y ante crisis como las que él había sufrido, o antes cambios en la composición política del país, como en el 87, su propia experiencia le indicaba que debía asumir un Primer Ministro de signo político de la mayoría para salvar la figura del Presidente y la institucionalidad. Una idea que de haberse llevado a la práctica, habría evitado la crisis del 2001 y la renuncia de De la Rúa.

Con cierto ánimo de dañar políticamente a Binner, Carrió avanza y denuncia un acuerdo que ya existiría entre socialistas y el gobierno, para que en el marco de una reforma que deje conformes ambos, se posibilite un tercer mandato a Cristina.

Hay que recordar que el año pasado, cuando Diana Conti, a titulo personal dijo públicamente que soñaba con una Cristina eterna y que había que reformar la constitución, sufrió por parte de la propia Presidenta un llamado de atención política más que fuerte, que la apartó del favor oficial.

La Presidenta sueña hoy con terminar su segundo mandato en condiciones políticas buenas, que “la dejen en el bronce”. No hay en la cabeza de Cristina Kirchner ninguna reforma, al menos para modificar los periodos constitucionales. Más bien ya está pensando en como afrontará en términos económicos un segundo mandato que nacerá al calor de la crisis económica.

Desde hace tiempo que la Presidenta viene analizando junto a Amado Boudou distintos escenarios para el gobierno que viene. También se ha sumado a esos análisis el hombre

fuerte del gobierno, Julio de Vido, a quienes muchos ven en un cargo mayor.

Cómo se recortan subsidios, el tema de las tarifas, marchar a una contención del gasto público que no afecte las conquistas sociales, son los grandes objetivos de la Presidenta a partir de noviembre.

En este esquema también se suma la posibilidad de llevar a la práctica el tan mentado y demorado Acuerdo Económico y Social, que está anidando con posibilidades ciertas de nacer después de octubre.

En un panorama económico a nivel mundial complicado, donde la Argentina podrá resistir en mejores condiciones que en años anteriores, trascendió que el hombre que podría suceder a Amado Boudou podría ser el actual secretario de finanzas, Hernán Lorenzino. Hoy por hoy, es el hombre que le cierra tanto a la Presidenta como a Boudou.

El compañero de fórmula quiere mantener bajo su órbita algunos resortes del poder, y no ser un simple Vicepresidente. Su relación con Lorenzino es excelente y es el hombre que logró, ante organismos internacionales, las diferentes quitas en la deuda. Sería muy buen mensaje a la Comunidad internacional, pero sobre todo, a nivel interno.

Descontado su triunfo, las ultimas encuestas le dan entre el 53% y el 56%, frente a un segundo que aún no está claro, pero a más de cuarenta puntos, la Presidenta ya ha comenzado a pensar su segundo mandato. Se sabe que serán pocos los ministros que quedarán en funciones. Algunos “pelean” por escalar posiciones, otros han manifestado su deseo de dar un paso al costado o de tener otras funciones, después de varios años y también llegarán a puestos importantes nombres valorados por la Presidenta que hoy están en un segundo nivel.