#LecturaDV El cambio está llegando a cada lugar de la Argentina, por Mauricio Macri
El presidente escribió una nota de opinión para acercarse a los habitantes y dejar en claro lo que palpa en sus recorridas por las diversas provincias.
(Columna escrita por Mauricio Macri para Diario Popular)
Si hay una palabra que define el tiempo que vivimos, esa palabra es esperanza. Continuamente recorro el país, visitando a las personas que me invitan a sus casas o sus lugares de trabajo, y en cada una de ellas, por más kilómetros que las separen, me encuentro con lo mismo: argentinos que quieren vivir mejor.
Recuerdo que hace unos años, cuando hablamos por primera vez del Metrobus en la ciudad de Buenos Aires, nadie sabía qué era, y muchos decían que estábamos locos y se preguntaban cómo íbamos a hacer semejante obra. Un tiempo después, esa idea que parecía de ciencia ficción se había convertido en una realidad que transformó la forma de viajar de millones de personas del norte y del sur de la ciudad. Pero para muchos argentinos seguía pareciendo algo lejano, inalcanzable, a lo que sólo podrían acceder los vecinos de Capital Federal.
¿Quién hubiera dicho, en ese momento, que íbamos a lograr una transformación como ésta en muchas otras grandes ciudades del país? Lo estamos haciendo. Esta semana tuve la alegría de participar de dos grandes inauguraciones que buscan priorizar al transporte público, el más democrático de todos: el Metrobus de la ciudad de Santa Fe y el Metrobus más grande del conurbano, en La Matanza.
A partir de ahora empieza a cambiar la vida de cientos de miles de santafecinos y de matanceros. El Metrobus significa más que un corredor de transporte moderno y seguro. Significa pasar del caos de miles de autos, motos y colectivos a un corredor ordenado que reduce la cantidad de accidentes. Significa pasar de viajes largos en los que no se sabe con exactitud a qué hora se va a llegar, a ahorrar tiempo en trayectos que tienen la misma duración.
Significa, también, cruzar calles de tierra y barro, a esperar el colectivo en paradas cubiertas sin mojarse en los días de lluvia. Y, lo más importante, significa pasar de la oscuridad a la luz: dejar de caminar con miedo por calles oscuras, a andar por una zona iluminada, más tranquilo y seguro. Además, el Metrobus nos permite mejorar el espacio público y cuidar el ambiente, porque se usan menos autos y los colectivos frenan menos; eso es menos humo y menos gasto de combustible.
De esto hablamos cuando hablamos de cambiar. De hacer lo que había que hacer y no se hacía; de trabajar en equipo, más allá de las diferencias, teniendo como única prioridad mejorar la vida de todos. El cambio está llegando a cada lugar de la Argentina. En poco tiempo veremos más metrobuses en Morón, en 3 de Febrero, en Rosario, Córdoba, Corrientes, Mar del Plata, y la lista sigue.
Estamos construyendo las bases sobre las que crece un país. Eso también lo vemos en los kilómetros de rutas y autopistas, en más calles pavimentadas, en los puertos que estamos construyendo, los aeropuertos que estamos mejorando, las obras de agua y cloacas con las que estamos llegando a muchas familias, los créditos para que la clase media cumpla el sueño de la casa propia, y los acuerdos que estamos logrando con diálogo para darle impulso a distintos sectores económicos en todo el país.
Este es el tiempo del trabajo, el de las obras que se ponen en marcha y se terminan, el de los argentinos tirando juntos para el mismo lado: el de nuestro futuro. Llegó el tiempo de las obras que empiezan y se terminan, de la obra pública como sinónimo de transparencia y no de corrupción; el tiempo de mostrar que se puede trabajar para la gente, poniendo las banderas políticas a un lado, y lograr transformaciones que mejoren la vida de los demás.
Estamos cambiando lo que otros decían que nunca iba a cambiar. Los argentinos ya nos demostramos a nosotros mismos que se puede. Sabemos que la única manera de hacerlo es juntos, con lo mejor de cada uno, y confiando en que cada día vamos a estar un poco mejor.