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Lectura DV: La Rosadita, un grito redentor

El periodista Carlos M. Reymundo Roberts analizó la aparición de los videos en los que Martín Báez cuenta dinero en SGI.

Por Carlos M. Reymundo Roberts

Extraído del Diario La Nación

Es grandioso que se haya podido ver lo que ocurría en La Rosadita. Son imágenes reveladoras que marcan un antes y un después, y que todos los que formamos parte del campo nacional y popular estábamos esperando. El kirchnerismo en pleno se siente reconfortado y agradecido. Los videos, la exhibición de esa millonada en la financiera SGI, vienen a ratificar muchos de nuestros postulados, pero sobre todo uno. Cristina es, efectivamente, una abogada exitosa.

Se pueden sacar otras conclusiones.

1) Quedó demostrado que en la Argentina no había cepo. Podías hacerte de todos los millones de dólares o euros que se te antojaran, con la única condición de ser un Kirchner o socio o testaferro de los Kirchner.

2) La plata de La Rosadita ya tenía destino: eran ahorros de la entonces presidente para pagarles a los buitres. "Es una forma de retribuirle al país todo lo que el país nos ha dado a nosotros", explicó Máximo.

3) Lo que se ve en el interior de SGI (siglas que significan Seguimos Generando Ingresos) desmiente aquello de que ahí la plata era tanta que no se contaba, sino que se pesaba. Había una balanza, sí, pero para la gente que aparece en las filmaciones: a la hora de dejar la oficina algunos aumentaban súbitamente unos kilos.

4) Las imágenes no tienen sonido, lo cual confirma, una vez más, la importancia del relato. Así, muditos, los videos parecen terribles y dan la impresión de que allí se esconden secretos inconfesables. Si tuviésemos el registro de lo que hablan esos esforzados trabajadores escucharíamos frases como éstas: "Qué generosos los Kirchner, donar toda esta guita", "che, ¿ya separaron lo que hay que mandar a hospitales y escuelas de barrios carecientes?", "brindemos con whisky, celebremos con habanos: ¡la plata del pueblo vuelve al pueblo!"

5) Preocupada por la limpieza del procedimiento, Cristina enviaba dos personas de su máxima confianza, Martín Báez y Pérez Gadín, a supervisar la operatoria de La Rosadita. Fue esa obsesión por la pulcritud lo que llevó a sospechar que allí se lavaba dinero.

6) La periodista que hizo la investigación, Mariel Fitz Patrick, habló de "imágenes obscenas". No te equivoques, Mariel: obscena es la pobreza y no la prolija contabilidad de plata ganada con el sudor del frente. Sí, del Frente para la Victoria.

7) El juez Casanello, muy cercano a La Cámpora y que lleva este caso con valentía e independencia, siempre tuvo la certeza de que en SGI no pasaba nada raro. Ahora pudo confirmarlo. La primera persona a la que llamó a declarar fue la Fitz Patrick, y no me extrañaría que le haya tirado las orejas por sus calumnias e injurias.

8) Martín Báez será indagado. Según sus declaraciones juradas, en sólo un añito este chico pasó de deber un millón de pesos a disponer de una fortuna de 21 millones. ¿Tiene esto alguna relación con los videos? Por supuesto. Contar tantos dólares en un cuartucho es un laburo muy bien retribuido.

9) Cristina, Máximo, Pérez Gadín y los Báez no han dicho una sola palabra desde que se difundieron los videos de Telenoche. No hace falta. Ellos confían plenamente en el poder de las imágenes.

10) Se ha calificado a La Rosadita de "cueva". Una barbaridad. Era una firma de servicios financieros caracterizados por la reserva y confidencialidad, atributos de origen evangélico: "Que tu mano derecha no vea lo que se cuenta por izquierda". Y funcionaba a la luz del día en el corazón del barrio más caro de la ciudad. Cristina jamás hubiese permitido actividades sospechosas en una zona en la que tiene tantas inversiones.

11) Es una lástima que los videos se hayan conocido justo cuando el foco estaba puesto en el debate por el infame acuerdo con los holdouts. Qué cruel ironía: los millones de dólares de los buitres, ganados con las peores armas, taparon los millones de dólares de los Kirchner y sus socios, ganados con honestidad y transparencia.

12) También lamento que en la misma semana otra presunta investigación periodística, en este caso de un tal Hugo Alconada, haya intentado poner un manto de sospecha sobre la ingeniería financiera usada por Cristóbal López para crecer y dar trabajo a miles de argentinos. Socio y amigo entrañable de los Kirchner, se quedó con 8000 millones de pesos de un impuesto y los destinó básicamente a la compra de medios de comunicación. ¡Tanto bolonqui por 8000 palitos! ¡Tanto bolonqui por contribuir al relato! Cristóbal aprendió la lección: la próxima vez va a poner a trabajar esa plata en SGI.

13) Ayer se supo que la clave de Wi-Fi de Cristina en la Casa Rosada era $$presidencia, lo cual demuestra que su primer objetivo era sanear la economía del país. Los técnicos informáticos descubrieron otras claves que usaba: US$aguantelarosadita, cristina$$$fernandez y pre$identaexito$a.

En los últimos días se viene agudizando la crisis brasileña, y a estas alturas ya nadie da un peso por el destino de Lula y de Dilma. Qué pena: una presidente y un ex presidente envueltos en casos flagrantes de corrupción. No sólo deben lidiar con la presión de las masas enardecidas que ganan las calles, sino, mucho peor, con la justicia. Viven horas cruciales, dramáticas.

Me pregunto si Lula y Dilma no cuentan, como los Kirchner, con la fuerza inapelable de un video redentor.