Lazos perversos

Cuando alguien satisface sus miserias a expensas del otro. Cuando da puñetazos en la confianza y la autoestima de los demás.

Perversos. Estos individuos desarman a sus víctimas atacando su integridad. Como un objeto al que pueden usar embisten el amor propio del otro haciéndole creer que el vínculo con ellos es irremplazable.

El perverso juega con interioridades que no tienen defensa. Conoce la debilidad de su presa y golpea apenas con una palabra.

"Quiénes pegan en el centro del ser nunca harán a una persona libre".

Los ojos del torturado miran por más tiempo a su verdugo. Y una persona se ignora cuando mira demasiado a otra cara. Y se deja caer.

Sometidos. Los que no tienen en quién o en qué apoyarse, ni tampoco tienen dónde ir. Cuando se cree que no hay otra protección que la del maltrato.

Algunos pueden ver como toda su vida se desmorona y no volver nunca más a sentirse seguros.

"Cuando a las personas las estiran mucho pierden su forma".

El perverso establece su seducción, prepara a su víctima, y luego la desestabiliza hasta acabar ésta perdiendo la confianza en sí misma al punto del propio desprecio.

Cuando alguien hace de otro algo decorativo. Cuando convierte lo sensible del otro en cuerpo para el abuso.

Algo fuerza a ser esclavo. Cuando existe una necesidad que encuentra alimento allí, dónde el otro se hace más importante que uno mismo.

El perverso está convencido de que puede poseer las virtudes de su víctima. Busca a una persona atractiva, fuerte, aferrada a la vida, y con una inteligencia que busca comprender.

Acaso lo que no se expulsa es resistencia. La víctima se queda allí, entrampada, con culpa. Vive sometida a constantes humillaciones, manejos y amenazas. Todo lo que el perverso actúa está dirigido a su desorientación. Lograr el desorden psicológico es crucificar a la víctima, y éste es el propósito del depredador.

"Bajo mil hachazos del perverso... la víctima vive perturbada y con vergüenza".

A quiénes buscan una salvación... La única salida es huir del perverso.