Laura Novoa: "Cuando Mora era chica dibujaba mis libretos, ahora me los saca para estudiarlos"
Mientras cumple un cuarto de siglo de trayectoria, la actriz de Dulce amor -culebrón que lidera de lunes a viernes el prime time de Telefe presenta a su hija mayor, de 10 años.
También nos cuenta cómo es ser la mamá de una preadolescente que desea seguir su carrera. "No quiero que piense que se puede ser famosa porque sí: hay que estudiar
Laura Novoa (43 años, único nombre, verdadero apellido) pide un cigarrillo antes de comenzar la nota en la puerta del bar de los estudios Pampa -donde está grabando desde las 8 de la mañana-. Ella es una de las protagonistas femeninas (interpreta a Gabriela Ahumada, ama de casa un poco obsesiva y otro poco desquiciada) de Dulce amor -la exitosa novela nocturna que se emite de lunes a viernes, al término de Minuto para ganar, por Telefe- Un técnico acude a su pedido. Ella lo advierte, exigiendo sólo la marca que fuma. El deseo queda satisfecho en tiempo y forma. Y comienza la entrevista.
O la charla, que incluirá como eje a su hija mayor, Mora (10): un calco de ella (a la misma edad), fruto de su matrimonio con el premiado Mario Segade.
"Me siento muy identificada con Morí en su sensibilidad por el arte. Tomalo de quien lo dice, pero ¡pinta como los dioses!", señala la heredera de Pepe, el más añejo exponente actoral de apellido Novoa. "Mi papá me enseñó a respetar la profesión, a darle contenido desde el estudio. Viví muchas temporadas de teatro en Mar del Plata. Me acuerdo de la obra Lorenzaccio, y de su final cuando todos morían y gritaban. ¡A mi hermana y a mfnos retaban porque escondidas gritábamos como los actores! Estar en el centro de todo hizo que durante el estreno de Los chicos quieren entrar -mi primera obra teatral- me sintiera tranquila, no como mis compañeros".
-¿Mora está interesada en seguir tus pasos? -Igual que lo estaría cualquier nena, porque a todas les gusta maquillarse y peinarse. Pero le explico que esta fama es consecuencia de un esfuerzo, de trabajo y estudio. No quiero que piense que se puede ser famoso porque sí. No existe la casualidad. Yo estudié danza, teatro... Y le digo: "¿Ves que a la noche estudio los libretos, analizo mis textos...? Bueno, el reconocimiento es por eso. No importa ser lindo o feo. Lo que vale es el contenido".
-¿Lo va entendiendo? -Por lo pronto, cuando era chica, dibujaba mis libretos...
y ahora, me los saca para estudiarlos.
-Y dentro de poco va a exigir estar en el medio.
-¡De-a-po-co! (risas). Ella estudia con Nora Moseinco.
Está entusiasmada. Nora me dijo que tiene pasta actoral y me pidió la autorización para que participe de muchas obras... pero con su papá coincidimos en que tiene que ¡estudiar! Mario y yo ponemos paños fríos. Lo suyo debe seguir siendo un juego y un deseo. Mi viejo hizo algo que odié pero ahora entiendo; un día me sentó y dijo: "¿Querés estudiar teatro? Perfecto... no te voy a pagar ninguna clase". Entonces, cuando tuve la edad suficiente, me puse a trabajar. Y lo hice de cuida canchas de tenis, panfletera, animando fiestas infantiles. Cuando tuve la edad suficiente, entré al Instituto Vocacional de Arte.
A mis 16 años ya era vestidora de un teatro y no "la hija de". Eso me dio una estructura para salir a la cancha más preparada. Con Mora no hago eso... pero le explico que es necesario ir a la escuela. Hoy comprendo que si un chico quiere ser actor y tiene talento, no necesita abandonar el colegio para intentar estar en el medio.
-Igual, tuviste tu etapa de desconocida.
-Sí, y preciosa. Siempre hay que tener una etapa de la vida de "desconocido", porque lo que te pasa a vos les pasa al camarógrafo, al iluminador y a todos. Además, te hacés fuerte.
-¿Estás viviendo los planteos preadolescentes? -¡No! ¡Gracias a Dios! Ella tiene su mundo artístico muy presente. Yo era así. Me cegaba el deseo de ser actriz.
-¿Serías una madre comprensiva si apareciera con la declaración "tengo novio'? -¡Nooo! (risas) ¡Pará! Todavía ni se habla de novios.
-¿En qué son distintas tu infancia y la de ella? -Por ejemplo, antes una miraba novelas de adultos, ahora los chicos ponen un canal de cable preparado para ellos. Antes jugabas mucho en el barrio. Yo era varonera, me trepaba a los techos, a los árboles. Ahora no se puede estar tranquilo con los chicos en la calle... Mi idea es acompañarla en todo el proceso adolescente.
No soy una madre metida. Por eso, mi chiste es siempre el mismo: le digo que soy su chofer de lujo... la llevo y la traigo a todas partes. En cuanto a prohibiciones, no tengo tantas. (Se acerca al grabador) Igual, Mora va a leer la nota y va a decir que le prohibo todo.
-¿Qué cosas comparten? -Vamos a muchos recitales. Los que me gustan los vivi- mos con alegría. Los que no: tapones y un buen libro para leer al costado. Una vez me pasó que la lle^é con unas compañeritas al teatro y no me interesaba la obra; así que le regalé mi entrada a una fanática y le pedí que las cuidara. Mientras, me senté en la escalinata de afuera a leer.
La vuelven a llamar. Para la escena 39 del libro 28. La concreta sin rodeos. Termina de increpar a Julián (Juan Darthés) y vuelve al grabador como si nada. Si bien esta vez ingresando a un terreno que la enoja porque ''no es necesario ocupar espacio en un reportaje mencionando si me separé o no, con quién estoy saliendo últimamente o si me compré tal o cual cartercC.
-¿Cómo manejaron la separación con Mario, en relación a los chicos? (Hace un año que se separó, después de 15 de matrimonio) -Como adultos. Sabemos que las separaciones no tienen relación con los chicos. Tenemos muchos cuida- dos. Trabajamos en equipo. Quere- mos demostrarles que somos dos in- dividuos que creyeron en un proyecto que no se pudo dar. Lo bueno es que los dos peleamos por nuestras felicidades. Apostamos a la honestidad. Hace menos daño que ver a una pareja que no funciona y si- guen en una cosa que no avanza.
-¿Estás sola? -(Respira hondo) Cuando alguien ter- mina una... no sabe/no contesta, je.
-Entonces estás con alguien...
-No, no estoy con nadie. El tiempo de cicatrización es importante.
-¿Qué recuerdo querés que los cht- eos, Moray Franco (4) tengan de us- tedes? -Una vez, cuando estaba embarazada, se lo pregunté a Mario, y me contestó que "el de buena gente". Eso me emocionó.
-¿Y vos cuándo fue la última vez que te emocionaste por Mora? -Me emociona y enorgullece siempre. Tiene un alma pura. Siempre quiere ayudar al prójimo. Es una nena muy buena. •
Producción: Natalia Repello Peinado: Nacho lápez Fagalde. para estudioh Make Up: Fabiana Yanun, con productos Clinique Vestuario: Wanama, Benito Fernández.
Justa Osadía y Como quieres que te quiera Agradecemos a Jardín Japonés (www.jardinjapones.org.ar)
En sintonía "Vamos a muchos recitales. Los que me gustan los vivimos con alegría. Los que no: tapones y un buen libro para leer al costado", cuenta Novoa respecto de su complicidad con Mora.
Realidad y ¡25 años de ficción! Arriba: Laura y Mora codo a codo.
Derecha: En el rol de Gabriela Ahumada, junto a Julián (Juan Darthés, su esposo en Dulce amor).
Lleva un cuarto de siglo desde su debut televisivo en 1987.