Las víctimas de las rutas argentinas
En el último fin de semana largo volvieron a producirse una seguidilla de accidentes fatales en las rutas argentinas como producto de la imprudencia en el manejo, dejando una vez más constancia del triste récord que coloca a nuestro país entre los de más alta siniestralidad vial.
Al mismo tiempo, en el Día Mundial de las Víctimas del Tránsito, instituido el 21 de noviembre por las Naciones Unidas, se recordaron a las más de 79.000 personas que murieron en la Argentina por esa causa en los últimos diez años, a los más de 140.000 discapacitados permanentes y a los más de 10 millones de fallecidos en todo el mundo.
Como lo advierten asociaciones civiles como Luchemos por la Vida, Madres del Dolor y ACTIVVAS en nuestro país ninguna guerra ni catástrofe o desastre natural produjo semejante cantidad de víctimas y recuerdan que se trata de muertes evitables.
Un 87% de los choques ocurridos entre 2004 y 2010, según un relevamiento de CESVI, fueron causados por negligencia, distracción, cansancio o incumplimiento de las normas.
Se habla actualmente de la "movilidad sustentable" como un derecho que debe ser garantizado por el Estado a través de todas sus instancias, desde el poder de policía y la administración de Justicia en los niveles nacionales, provinciales y municipales, hasta las campañas de prevención y educación vial.
Sin embargo, existe una responsabilidad individual y social que empieza por cambiar las conductas desaprensivas -y en algunos casos criminales- en la circulación vial.
Los accidentes fatales por imprudencia y alta velocidad apuntan a una responsabilidad individual y social, que empieza por cambiar las conductas desaprensivas en la circulación vial.