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Las tragedias de los cantantes de la movida tropical: desde Gilda hasta Huguito Flores
La muerte del intérprete santiagueño enluta a la movida tropical y trajo el recuerdo de otras figuras involucradas en accidentes de tránsito.
Muchos cantantes de la movida tropical sueñan con ser exitosos y trabajan duro para lograrlo. Cuando logran su objetivo, disfrutan de la popularidad, de la fama, de ganar dinero. Llenan boliches, estadios y teatros todos los fines de semana.
Pertenecer a un grupo selecto de los "músicos exitosos" tiene un alto precio. Descansar poco, trabajar mucho. Viajar de día y de noche, a veces a toda velocidad. Realizar numerosas presentaciones en tiempo récord. Después llegan los excesos y el descontrol.
El trágico accidente en el que perdieron la vida Huguito Flores, su esposa Carina Soledad Enríquez y su cuñado Rubén Horacio Enríquez trajo a la memoria situaciones similares. En el vehículo también viajaba una de las hijas de la pareja, que se encuentra internada en grave estado. La pareja se había casado hace apenas una semana, en una ceremonia íntima con la que formalizaron un amor de toda la vida. Su hija mayor no viajaba con ellos y se había quedado en el hogar familiar de La Banda.
Huguito falleció producto de un paro cardiorrespiratorio provocado por las heridas del impacto con otro vehículo, ocurrido en la Ruta 34, cerca de la localidad de La Garza, en la provincia de Santiago del Estero. Tanto sus músicos que se desplazaban en otro vehículo como otras personas que se encontraban cerca del lugar del accidente, se detuvieron para colaborar en las labores de rescate y asistencia hasta que arribaron diversas ambulancias para trasladar a los heridos al Hospital Regional. El dolor se apoderó una vez más de la movida tropical tanto en las redes como seguramente en los bailes primaverales donde sonarán más fuerte que nunca las canciones de Huguito.
Otro caso reciente fue el de Lautaro Coronel, más conocido como El Noba. Una de las caras visibles de la emergente movida de la cumbia 420, que tiene como principal referente a L-Gante, murió el 3 de junio de 2022, tras permanecer 10 días internado en terapia intensiva.
El accidente que le costó la vida ocurrió en el cruce de Luis Braille y Solís, en Florencio Varela, cuando un Peugeot 308 impactó contra la moto en la que circulaba el músico. Dos testigos del hecho confirmaron que conducía sin casco y haciendo wheelie. Su estado de salud pasó por avances y retrocesos, sin mejorías significativas. Luego de su muerte, una caravana de motos lo acompañó al cementerio para despedirlo como a él le hubiera gustado.
En la madrugada del 20 de julio de 2019, Rubén Darío Castiñeiras (44), más conocido como El Pepo, protagonizó un accidente mientras manejaba su camioneta Honda CRV blanca por el kilómetro 8,5 de la ruta provincial 63, a la altura de la localidad bonaerense de Dolores. Debían realizar dos shows en San Bernardo y Villa Gesell.
Romina Candia (bailarina), Ignacio Abosaleh (asistente y amigo del artista) y Nicolás Carabajal (trompetista de la banda) también viajaban en el vehículo. Como consecuencia del accidente, los dos hombres murieron. Mientras que el cantante y la bailarina fueron internados de urgencia con lesiones en el hospital San Roque.
El cantante afrontó un proceso por su responsabilidad en el hecho y tres años después acordó una pena en un juicio abreviado en el Juzgado en lo Correccional Nº 3: 4 años y siete meses de cárcel, hacer un tratamiento psiquiátrico y psicológico y la prohibición para manejar por una década.
El acuerdo terminó con el músico aceptando el cargo de homicidio culposo séxtuplemente agravado por conducción imprudente, negligente y antirreglamentaria, bajo los efectos de estupefacientes y con un dosaje de 1,02 gramos de alcohol por litro de sangre, por exceso de velocidad, por mediar culpa temeraria y por la pluralidad de víctimas y lesiones culposas agravadas.
La primera gran tragedia en la movida tropical tuvo como víctima a la cantante Gilda. En pleno auge de su carrera, Miriam Alejandra Bianchi perdió la vida a los 34 años cuando viajaba hacia la localidad entrerriana de Chajarí para realizar una presentación.
El 7 de septiembre de 1996, en el kilómetro 129 de la ruta 12, un camión de origen brasileño embistió contra el micro en el que viajaba la intérprete de No me arrepiento de este amor, cerca de la localidad de Ceibas. Además de la artista, murieron su hija Mariel, su madre Tita, tres de sus músicos y el chófer. Mientras que otras doce personas resultaron heridas.
Gilda se convirtió en un mito popular que trascendió las fronteras. Muchos fanáticos la consideran una santa y le rezan para pedirle ayuda o protección. Incluso, hay un santuario realizado en su honor en el kilómetro 129 de la ruta 12. También en 2016 se estrenó una película sobre su vida de la mano de la actriz Natalia Oreiro y de la directora Lorena Muñoz.
Rodrigo Bueno fue otro caso emblemático de fatalidad en una ruta: falleció a los 27 años el 24 de junio del 2000. En ese momento, disfrutaba de una gran popularidad y estaba en el mejor momento de su carrera. El suceso ocurrió mientras manejaba su camioneta Ford Explorer roja, entre los kilómetros 24 y 25 de la Autopista La Plata – Buenos Ares, a la altura de Ezpeleta.
También murió Fernando Olmedo, el hijo del cómico Alberto Olmedo. Mientras que Patricia Pacheco (ex del cantante) y Ramiro Bueno (su hijo) resultaron ilesos. Todos estaban regresando a Buenos Aires, luego de que el artista realizara una presentación en City Bell. Antes habían cenado en El Corralón, donde Rodrigo y Fernando se conocieron. El cuartetero lo invitó a su show, sin imaginar el trágico desenlace.
En un principio, hubo una gran confusión sobre cómo ocurrió el accidente. Los testigos aseguraban que Alfredo Pesquera había encerrado al vehículo del cordobés con su 4×4 Chevrolet Blazer blanca. Al no tener puesto el cinturón de seguridad, Bueno fue despedido de la camioneta y se golpeó la cabeza contra el pavimento.
El empresario quedó imputado por homicidio culposo. Sin embargo, fue absuelto por el Tribunal Oral Criminal 2 de Quilmes. Según el fallo, el intérprete de Por lo que yo te quiero conducía con 0,55 gramos de alcohol en sangre. Además iba una velocidad de 144 kilómetros por hora, que excedía los 130 kilómetros permitidos en esa autovía.
Pablo Ravassollo, líder de Trulalá, también perdió la vida el 25 de febrero de 2006. El intérprete había ingresado al popular conjunto de cuarteto en 2002, en reemplazo de Cristian Abel Amato. Un año más tarde, el grupo lanzó el disco "Con toda la fuerza". El primer hit del cantante con la banda fue "Hay algo en ella".
El artista murió a los 22 años como consecuencia de un choque frontal entre dos vehículos en la ruta provincial 5, cerca de la ciudad de la localidad de Alta Gracia. Además falleció Nestor Heredia, quien ayudaba en la banda con temas administrativos. Ellos se dirigían hacia Santa Rosa de Calamuchita para brindar un recital.
Una de las desgracias más impactantes ocurrió el 12 de mayo de 2007, cuando el Grupo Néctar realizó un show en El Mágico, un boliche de cumbia ubicado en Liniers. Esa fue la última presentación de la banda peruana que estaba pasando por un momento exitoso. La combi Mercedes-Benz en la que viajaban colisionó contra un vehículo en la autopista 25 de Mayo, a la altura de la calle Alberdi, del barrio de San Cristóbal. Luego de atravesar el guardarrail, el minibus cayó desde casi seis metros al vacío y explotó. Todas las víctimas fallecieron carbonizadas.
El episodio fue en la madrugada del 13 de mayo cuando se dirigían a toda velocidad hacia Berisso para tocar en otro show. Murieron 13 personas, entre los que se encontraban Johnny y Enrique Orosco, Miguel Porras, Ricardo Hinostroza, Pascual Pine, Pedro García, Juan Carlos Marchand y Daniel Tahuana, integrantes de la banda. También viajaban Juan Murillo, el empresario peruano que conducía y los había contratado para el siguiente show de la noche; José Montenegro, el asistente de Murillo; Miriam Orillo, la empresaria que había traído a Néctar a la Argentina; y Delia Ramírez, que trabajaba con ella. Además hubo otra víctima cuyo nombre no trascendió.
Algunos artistas de la movida tropical tuvieron accidentes, aunque lograron sobrevivir como le ocurrió a Leo Mattioli el 15 de enero de 2000. El episodio pasó en el norte santafesino mientras regresaba con sus músicos de un gira. Sergio Reyes y Darío Bevegni fallecieron, mientras que el cantante estuvo al borde la muerte. Durante tres meses de internación, escribió las canciones que formaron parte de “Un homenaje al cielo”, su primer disco solista.
Luego, El León Santafesino volvió a los escenarios casi irreconocible, había perdido mucho peso y usaba muletas. Tras el accidente, se convirtió en adicto a la morfina por los constantes dolores corporales que padecía. Desde entonces, tuvo varias internaciones por problemas cardíacos. Mientras que en 2009 debió ser asistido en terapia intensiva por un fuerte cuadro de neumonía, que lo dejó en coma farmacológico. Cosechó una exitosa carrera hasta que murió a los 38 años al sufrir una insuficiencia cardíaca el 7 de agosto de 2011 en Necochea, luego de haber dado un recital en Mar del Plata.
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