Las pruebas que comprometen al novio de Paola Álvarez incluyen zoofilia y calmantes
Se conocieron nuevos datos que comprometen a Santiago Zambrini, detenido como el principal acusado de la desaparición de la joven.
Paola Álvarez desapareció el pasado 6 de mayo en la provincia de Salta y el principal sospechoso es su novio, Santiago Zambrani, que se encuentra detenido. En las últimas horas salieron más datos a la luz que lo comprometerían.
Según un estudio técnico que se realizó al celular de Santiago Zambrani se encontraron búsquedas en google sobre el uso del cloroformo y de cómo usar el fármaco diazepam, con el objetivo de conocer sus efectos y las consecuencias de su consumo con alcohol.
Los peritos también hallaron rastros de búsquedas relacionadas a prácticas sexuales de distinta índole, entre ellas, en sitios de zoofilia. Por otro lado, los voceros informaron que el acusado amplió su declaración indagatoria en los últimos días y, aunque volvió a insistir en su inocencia, rectificó algunos de sus dichos.
En su relato, cambió algunos lugares en los que dijo haber estado los días posteriores a la desaparición de la mujer, y señaló que no condujo la camioneta Volkswagen Amarok de propiedad de su padre, sino que era su madre quien lo hacía.
Al respecto, el fiscal detalló que del análisis de las imágenes de las distintas cámaras de video con las que se trabaja se pueden apreciar varios movimientos de esa camioneta, conducida por Zambrani, lo cual contradice su versión y también la declaración realizada por su madre, quien afirmó que era ella la que conducía los días posteriores a la desaparición de la joven.
Esto empeora también la situación judicial de la madre del imputado, acusada de "partícipe secundario del homicidio calificado", junto al padre.
La semana pasada, Zambrani publicó en su muro de Facebook: "Hoy he perdido a la persona que más amé en este mundo", y afirmó que para él la vida "ya no tiene sentido". "Yo sé que te encontraré allá arriba y por fin podré estar a tu lado", agregó.
La desaparición era investigada por la Fiscalía Penal 8, a cargo de Federico Jovanovics, pero ante la aparición de esos textos, que abrieron las sospechas acerca de un presunto crimen, las actuaciones se giraron a la Unidad de Graves Atentados contra las Personas.