Las nuevas reglas de la AFA: para jugar en la selección hay que hacer los deberes, estudiar idiomas y más
La hora de los deberes: un mandato que se respeta en el predio de Ezeiza o en el lugar del mundo donde estén los chicos.
Nadie les sirve la comida, lo hacen ellos y juntan los platos luego del almuerzo. Toman lecciones de inglés en el predio de Ezeiza, ordenan los vestuarios para dejarlos como los recibieron, concurren a talleres de comunicación y uso de redes sociales, miden sus festejos en público y saludan a los rivales. Deben limpiarse los botines sin auxilio del utilero.
Leen libros en los tiempos muertos en un aeropuerto y hacen los deberes en el complejo de la AFA. Los seleccionados juveniles atraviesan otra era, la educación nuevamente es un valor. El título no es la medida, lo relevante es la evolución del futbolista y de la persona. El fútbol puede esconder un mundo de fantasías y ellos tienen entre 13 y 19 años, esa edad que marca para siempre.
La conducta obsesiona a la dirección de los seleccionados juveniles de la AFA. No pueden tirar en cualquier lado la ropa después de la práctica. Deben dejar las prendas del lado de la cara para asegurar un mejor lavado mecánico. Camiseta adentro del pantalón y medias arriba en cada entrenamiento.
No tienen que ingresar con los botines en el vestuario. Saludar y agradecer es una tradición innegociable. Hace algunas semanas, el plantel Sub 16 vivió una experiencia singular en el torneo Montaigú, en Francia. Un día, un chico de la selección de Costa de Marfil, que vivía en el mismo hotel que la Argentina. huyó. Aprovechó para exiliarse en un país con una fuerte colonia marfileña. Con el DT Román Manassero al frente, reunieron a los pibes e intentaron ofrecerles una explicación. Entendieron que la realidad los invitaba a ir más allá del fútbol.