Las maldades de la suegra
La taiwanesa presa por asesinar y enterrar a su suegra, le contó a la Justicia que la mujer la denigraba. Las confesiones de la asesina.
Puede tratarse de una estrategia de la defensa o de la pura realidad. Lo cierto es que en la causa ya hay varios testimonios que dan cuenta que Yi Ling Cheng (39), la taiwanesas que confesó haber estrangulado con una bufanda a su suegra y enterrarla dentro de una valija, era permanentemente hostigada por la víctima, Yueh Ou Liu (64).
La propia imputada -que en Argentina se hace llamar "Iris"- contó en su confesión ante el fiscal Gastón Larramendi la pésima relación que tenía con su suegra, "Ana", quien solía ir a su casa de la calle Dorrego 4240 de Munro, a darles lecciones de chino a sus nietos de 6 y 7 años.
"Los tres últimos meses eran más constantes las discusiones porque los chicos ya estaban en primero y segundo grado del colegio chino y tenían mas intensificaciones en el estudio. Las últimas veces yo ya la echaba, porque los chicos tenían que descansar y bañarse", dijo la imputada en la declaración indagatoria a la que tuvo acceso exclusivo JusticiaCero.
"Cuando los chicos se cansaban a ella les agarraba berrinches, y si no reaccionaban pateaba y rompía lo que ella traía, y cada vez que se ponía violenta yo mandaba los chicos arriba y discutía con ella abajo. Los chicos ya se daban cuenta y hacían cosas para que ella se vaya rápido", agregó la imputada.
"Ella era intratable. Yo le había dicho a mis amigas que no la aguantaba más. Ella venía y hablaba con los chicos nada más. Siempre eran roces y roces", afirmó la acusada frente al fiscal.
"Se burlaba de mí porque yo no sabía chino. Ella era muy despectiva hacia mí. Las otras veces que le abría para que se vaya, ella no se iba, era muy perseguida. Me acusaba de muerta de hambre. Ella te enfrentaba y te decía 'vení, vení, ¿querés matarme, o querés pegarme?'", dijo Iris al recordar cómo la desafiaba la madre de su esposo.
Explicó que en los últimos tiempos había echado a su suegra de su hogar "a los empujones" en al menos cuatro oportunidades y que en una de ellas, la mujer "empezó a tirar cascotes para la casa".
Iris también recordó que su suegra "un día simuló hacer caca y después tirarme la misma".
Y en otra ocasión, en la que ella había retado a su hijo -el preferido de la abuela por ser varón-, Ana le tiró "jugo en la cara".
"Ella odiaba a las mujeres, a su hija, a mí. Tenía desprecio por las mujeres, siendo ella mujer", afirmó en otro tramo de su declaración.