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Las malas ondas de la crisis

*Por Raúl Vives. Vives centra su análisis en la evolución de la crisis económica internacional y el impacto que tiene en el clima financiero argentino. Aporta datos sobre la caída de las exportaciones y la influencia de la fuga de capitales sobre el nivel de actividad.

Los mercados revivieron en la última semana con la enorme inyección de dinero de los Bancos Centrales, pero la crisis aún está lejos de superarse.

La economía internacional oscila entre el estancamiento o una probable recaída, entre otras razones por las divisiones y desinteligencias que persisten en la dirigencia política europea y norteamericana.

El viernes culminó en Polonia otro encuentro cumbre de los ministros de Finanzas de la Unión Europea, sin que lograran llegar a un acuerdo para solucionar la crisis de deuda griega y avanzar con un segundo rescate, valorado en 160.000 millones de euros.

Timothy Geithner, el secretario del Tesoro norteamericano, participó por primera vez de este encuentro cumbre de la euro zona, pero el acercamiento terminó con una polémica y reproches mutuos.

MALAS ONDAS

En la Argentina, las dificultades externas parecen lejanas aunque es un hecho que las primeras ondas expansivas de la recaída han comenzado a afectar el ciclo económico. Los últimos datos publicados por la Unión Industrial Argentina sobre la producción manufacturera muestran una desaceleración del nivel de actividad hacia julio, y todo indica que esta tendencia se prolongó en agosto.

También se advierte una caída de las exportaciones hacia Brasil, país que recibe un poco más del 42% del total de ventas externas industriales.

La merma no parece un dato coyuntural. Algunos estudios indican que la desaceleración de la economía de los principales socios comerciales tendrá efecto sobre las exportaciones argentinas. Según el Ieral, los países o regiones que lideran las compras argentina, Brasil, Unión Europea, China, Chile y EE UU, pasaron de crecer al 5,7% el año pasado, a 3,8% este año y caería a 3,5% en el 2012.

Según el estudio, este año se observa una inercia positiva en las compras desde Argentina, pero con estas proyecciones debe esperarse una marcada desaceleración de los productos dirigidos a esos mercados que representan dos tercios del total de exportaciones locales.

En el plano financiero, la fuga de capitales no afloja a pesar de que el panorama político está despejado respecto a quién ganaría las elecciones presidenciales de octubre.

INCERTIDUMBRE

Sin embargo, la percepción sobre el futuro continúa incierta, básicamente por la situación externa, y la convicción de que el gobierno de Cristina Kirchner no tomará ninguna medida hasta después de los comicios. Y adicional a esto, la impresión de que el dólar está hoy barato

respecto a lo que pueda suceder en el 2012.

La fuga de capitales también pega sobre el nivel de actividad, aunque en el actual contexto no ha caído la demanda de pesos, y esto ha actuado como dique de contención respecto a lo ocurrido en otras experiencias del pasado.

La expansión del crédito bancario continúa elevado en torno al 50%. Aunque el menor crecimiento y la dolarización son datos que, inevitablemente, llevan a que haya algún tipo de corrección en las variables económicas.

La Argentina tiene algún margen para resistir la ajustada situación mundial, pero el rumbo depende de lo que hagan la dirigencia de los países desarrollados con la Unión Europea a la cabeza.

En la reunión de Polonia, Timothy Geithner presionó sobre Europa para que potencie el fondo de rescate para Grecia, de modo de proteger también a economías de mayor tamaño como Italia y España, y de acordar mayores estímulos económicos.

Pero los líderes europeos apuestan por políticas de ajustes y recortes fiscales, pese a la brusca desaceleración y a la crisis de deuda de varios de sus miembros.

En el caso de Grecia, existe un amplio consenso en que ese país se encamina hacia un default de su deuda y que sin un salvataje no podrá salir de esa encrucijada.

Grecia lleva, con este, el tercer año de recesión y sus posibilidades de recuperar capacidad de pago están cada vez más lejos. La Unión Europeo, entre tanto, sigue demorando el programa de salvataje aprobado el 21 de julio pasado.

DESINTELIGENCIAS

El escenario de desavenencias en la Unión Europea se complementa con las divisiones entre los países y el conflicto sobre la estrategia financiera con el Banco Central Europeo. Son muchas las desinteligencias como para imaginar un avance sustancial en los dos frentes de mayor dificultad: la deuda y la recesión.

El entramado institucional de la euro zona dentro de la Unión Europea requiere del consenso de 17 Parlamentos, además de la resistencia de Alemania, que se niega a avanzar sobre políticas fiscales más laxas.

Esas definiciones se han venido postergando, y el único incentivo que aparece a la vista es el deterioro de los mercados, que obliga a tomar decisiones urgentes ante el riesgo de disolución o de aparición de otra crisis bancaria.

Sin esas dificultades parlamentarias, la Argentina parece dormir una siesta similar sobre los potenciales riesgos de una crisis económica que se profundice.