DOLAR
OFICIAL $816.08
COMPRA
$875.65
VENTA
BLUE $1.18
COMPRA
$1.20
VENTA

Las luchas internas del Gobierno

* Por Carlos Sachetto. La desmentida de la Presidenta a afirmaciones del diputado Kunkel demuestran que hay una toma de distancia con aquellos sectores cercanos al poder durante ocho años.

El kirchnerismo en pleno y la casi totalidad de la oposición dan por descartado que Cristina Fernández será candidata a la reelección. Pero si hay algo que ella viene manteniendo de manera inflexible, es su negativa a hablar del tema. No lo hace en público ni tampoco en privado. Sea por estrategia política o por personalísimas dudas aún no resueltas, su decisión final la comunicará recién cuando los plazos legales lleguen a su fin. Es obvio que nadie puede, entonces, torcer su voluntad.

Creyendo que en realidad la reserva que guarda la Presidenta es una cuestión menor, el diputado Carlos Kunkel, antiguo jefe político de los Kirchner cuando militaban en la Juventud Peronista, dio por descontada la candidatura y hasta mencionó el 23 de junio como fecha de lanzamiento.

De visita en Roma, Cristina montó en cólera y ordenó una respuesta contundente, que se pareció más a una descalificación de Kunkel que a una simple desmentida de sus dichos. El episodio no pasó como uno más donde habita ese supuesto kirchnerismo puro que le es fiel a la jefa de Estado pero añora el diálogo fluido y el mejor trato que le dispensaba Néstor.

Deseo y realidad

Hay de hecho en los últimos tiempos una toma de distancia de la Presidenta con aquellos sectores que han formado parte del poder en estos ocho años y se sienten dueños de sus espacios. "Son indudablemente leales pero se han burocratizado", los define un viejo funcionario con despacho en la Casa Rosada y al que también le caben las generales de la ley. De ser exactamente ése el pensamiento de Cristina, estarían en proceso de cambio algunas reglas de juego dentro del propio Gobierno.

Es imaginable entonces que para encabezar un nuevo período presidencial, ella ha establecido algunas condiciones. Quiere rodearse de gente afín política e ideológicamente, pero que también sean jóvenes y con formación profesional. Todo lo contrario a ese peronismo envejecido y mañoso que la sigue apoyando para no perder los beneficios del poder. Las tensiones que se producen cuando la realidad no se alinea con los deseos, genera a la vez temores, desconfianzas y solapadas luchas intestinas.

Una de esas luchas se desató primero con las presiones de Hugo Moyano -ya momentáneamente calmadas- y ahora con el escándalo de la desvinculación de Sergio Schoklender de la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Es curioso, pero la información sobre el alejamiento forzado de Schoklender por graves hechos de corrupción, llegó a la prensa por un "puntero" bonaerense del gremio de camioneros que lidera Moyano.
 
A partir de allí, el caso desbordó todas las previsiones oficiales de ocultamiento y hoy compromete seriamente no sólo a la entidad de las Madres sino también al Gobierno que proveyó fondos millonarios y no hizo controles.

El caso fue tema central en centenares de conversaciones telefónicas entre la Casa Rosada, la Presidenta y algunos integrantes de la delegación que la acompañó a México e Italia. Es que pegó duro en el corazón mismo del kirchnerismo y volvió a mostrar que la impunidad no es eterna. Menos aún cuando a esa impunidad la comparten sectores enfrentados, dispuestos a disputar entre sí centímetro a centímetro los territorios del poder.

Cálculo electoral

Si la marcha hacia las elecciones encuentra al Gobierno con sacudones internos, en la oposición comenzó a perfilarse mejor el lote de candidatos. El fin de la novela entre la UCR y el socialismo para conformar la fórmula Ricardo Alfonsín-Hermes Binner, dejó atrás un modelo de alianzas antiguo y que no se corresponde con un cuadro de expectativas como el actual. La apuesta al pragmatismo que hacen los radicales inyectó el factor sorpresa a un proceso que no se caracterizaba por producir novedades importantes.

La designación de Javier González Fraga como acompañante de Alfonsín, más el acuerdo formalizado con Francisco De Narváez en la provincia de Buenos Aires, muestran la búsqueda de un camino para llegar más allá del voto partidario. Hay segmentos de la sociedad a los que no les interesa la pureza doctrinaria ni los encasillamientos ideológicos. Sólo quieren tener una alternativa de cambio y el gesto radical apunta a construirla.

También lo intenta Eduardo Duhalde, con una estrategia que apunta a que la disputa entre los candidatos opositores para ocupar el segundo lugar detrás de Cristina, impida al kirchnerismo alcanzar el 40% de los votos. De ese modo se forzaría una imprevisible segunda vuelta.

Sin embargo, y más allá de los grupos activos, la indiferencia hacia la actividad política sigue dominando cualquier encuesta. El calendario electoral que señala sucesivas elecciones en Capital Federal, Santa Fe y Córdoba, para tomar sólo los grandes distritos, será una buena mesa de ensayos para detectar el humor social hacia las elecciones presidenciales de octubre.