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Las lecciones del voto en Santa Fe

* Por Gustavo Sylvestre. La dura derrota de Agustín Rossi en Santa Fe, un fiel soldado de todas las batallas oficialistas en la Cámara de Diputados, impactó de lleno en el corazón de la Casa Rosada, a pocas semanas de las primarias abiertas, que se transformarán en una prueba de fuego para el kirchnerismo.

La Presidenta instruyó de inmediato a los suyos para que salgan a despegarla del adverso resultado electoral, con un discurso llamativo: que el voto castigo había sido para los socialistas, que fueron los ganadores de la elección, porque habían perdido votos respecto a la elección ganada por Binner cuatro años antes.

La soledad en que quedó Agustín Rossi la noche del domingo fue más que evidente. Y las declaraciones del día después desde la Rosada terminaron por minar el ánimo del diputado, que se llamó a silencio hasta después del 14 de agosto, asumiendo la derrota en soledad pero con la bronca enquistada en su garganta.

Es que según los allegados de Rossi, la estrategia última de la Rosada de bajar a Santa Fe y atacar al gobernador Hermes Binner, y antes -el 20 de junio-de no permitirle el uso de la palabra al gobernador y haber transformado el Día de la Bandera en un acto partidario, terminaron impactando negativamente en la imagen y los votos de Rossi.

Cuentan que hasta el categórico triunfo de Macri en la Capital, Rossi rozaba los treinta puntos de intención de voto, lejos de Miguel Del Sel. Que tras este triunfo y la presencia de Macri en Santa Fe, el candidato del Pro aumentó cinco puntos en intención de voto.

Pero la debacle electoral -según los rosistas- se produjo tras la visita de la Presidenta a Santa Fe. Agustín Rossi le había sugerido a la jefa de Estado que visite Rosario, donde podían tomar un café en el bar El Cairo, dar un conferencia de prensa o sacarse una foto juntos y listo. Pero la Rosada les cambió los planes: organizaron un acto en Santa Fe, donde la Presidenta atacó al gobernador e ignoró a Agustín, a quien sentaron en un extremo, alejado de Cristina y sin ningún gesto hacia él. Y la gente nota esos gestos.

Pero la bronca de los rosistas no se detiene y cuentan: Después de irse de Santa Fe, llegó la respuesta de Binner a la Presidenta. Desde la Rosada lo llamaron al menos cinco veces a Agustín para que salga a atacar a Binner, le decían que (Binner) era un canalla por lo que había dicho de la Presidenta después de que ella se había ido de la provincia.Y Agustín no tuvo más remedio que salir a atacar a Binner y eso lo terminó de matar electoralmente. La gente no se bancó eso, explican los allegados al diputado.

Si bien es cierto que María Eugenia Bielsa realizó una muy buena elección (como ganadora en el rubro diputados provinciales le dio mayoría al peronismo en las cámaras legislativas, en detrimento del socialismo y de una magra cosecha del Pro), la derrota de Rossi encendió las luces de alarma.

Rápido de reflejos, Daniel Scioli fu el primero en reaccionar. Salió a pedir públicamente a Moreno que liberaran los saldos exportables de trigo, medida que la Rosada dio con rapidez. Es que hay sectores del campo que, pese a la bonanza actual, no han cerrado las heridas abiertas con el poder y se cobraron en Santa Fe los efectos de la 125, que quedó trunca con el voto no positivo de Cobos.

No lo van a admitir públicamente, pero la estrategia kirchnerista ha entrado en una zona de reflexión y comenzaron a tomar en cuenta los mensajes de la sociedad.

La oposición aún no alcanza a beneficiarse de las derrotas del oficialismo. En Santa Fe, el más favorecido fue Eduardo Duhalde, porque salió a bancar a Del Sel y porque jugó con el intendente de Chabás, Osvaldo Salomón, a quien puso como compañero de formula. Allí también quedó al descubierto que el macrismo terminará jugando políticamente con el bonaerense. La foto que Macri le negó a Duhalde durante esta campaña en la ciudad, temeroso de que lo pudiera afectar negativamente en su imagen; seguramente se dará en algún momento. Ya hubo un anticipo en el adelanto de Miguel Del Sel, de que hará campaña por Duhalde y votará por él en octubre próximo.

El radicalismo, rápido de reflejos en su acuerdo con Francisco de Narváez, tras una reunión de su comando de campaña realizada el mismo domingo en que se conocían los resultados de Santa Fe, salieron a saludar el triunfo de Bonfatti, socios políticos en esa provincia; a resaltar ese triunfo como un voto castigo hacia el gobierno y a destacar que ganó el sentido común de la gente” que respaldó la gestión de Binner,en contra de oficialismo.

Alfonsín en persona también salió a desmentir que exista algún tipo de acuerdo previo con el duhaldismo para que, según los resultados del 14 de agosto, el que salga segundo detrás del oficialismo reciba el apoyo de la otra fuerza. Por el momento, ni Duhalde piensa bajarse de la carrera presidencial ni Alfonsín resignar sus pretensiones de llegar a la Rosada.

En las próximas apariciones, se verá un Alfonsín más contundente, ganador, preciso en sus propuestas, producto de un largo debate interno con sus socios políticos y estrategas con el objetivo de consolidar su perfil presidencial.

Una encuesta reservada que maneja el Gobierno sobre la estratégica provincia de Buenos Aires, llevo tranquilidad a la Rosada. En ese territorio, la Presidenta alcanza un alta intención de voto, cercana al 50%, seguida por Ricardo Alfonsín. Pese a eso, la Presidenta ha instruido a los suyos a redoblar la gestión, bajar los niveles de confrontación y pensar en próximas medidas populares que llegarán al bolsillo de la gente antes de octubre. Un aumento en el salario mínimo, vital y móvil para agosto; un seguro aumento en la asignación universal por hijo; el segundo aumento a los jubilados y otras medidas de carácter popular.