Las importaciones, al galope
Por Daniel Fernández Canedo* El Gobierno suspendió la licencia a la empresa que importa las muñecas Barbie y los muñequitos de Power Ranger. Adujo que a esas importaciones les faltaban los certificados de origen y, por lo tanto, no podían seguir ingresando al país.
La empresa mantuvo el silencio, los competidores se restregaron las manos y el Gobierno debe haber tenido la sensación de alivio de que, al menos, algunos productos de la avalancha importadora pudo frenar.
El fuerte aumento de las importaciones (crecieron 46% el año pasado) es uno de los temas que desvela a los funcionarios del área económica.
Saben que con las compras al exterior creciendo casi 50% y las exportaciones, en torno a 20%, el tan preciado superávit comercial mayor a los US$ 10.000 millones puede verse sensiblemente reducido este año. ¿Hay riesgo serio de que la Argentina se quede sin dólares ? No, pero se va cristalizando la realidad de que las importaciones van al galope. El superávit comercial que en enero de 2010 fue de US$ 1.217 millones, este año cayó a sólo US$ 513 millones Parte de la estrategia oficial sobre el problema es obligar a los industriales que importan que exporten por montos equivalentes, pero la solución no es fácil ni efectiva en el corto plazo.
Por lo cual se recurre a presiones, aprietes o prohibiciones de dudosa efectividad con el paso del tiempo.
El salto importador es consecuencia del crecimiento, pero también de un déficit de inversiones.
Parte de lo que se importa está destinado a cubrir la falta de producción nacional , una situación que difícilmente vaya a cambiar en un año electoral. Tal vez valga recrear el concepto de que la foto de la economía está linda, pero la película va dando muestras de que necesita retoques.