Las dudas de Argentina: ¿jugando así supera el karma de los cuartos?
La Selección ganó de forma agónica pero desnudó todas las falencias de un equipo que no tiene una idea de juego clara.
Desahogo, festejo, celebración, excitación, preocupación. Estas fueron las sensaciones que vivieron casi todos los argentinos después del partido de Argentina contra Suiza. El gol de Ángel Di María fue el premio para un equipo que no propuso nada desde lo colectivo y sí lo hizo desde lo individual, aunque con una mala tarde.
Argentina no jugó un buen partido, pero tuvo enfrente a un rival flojito, que solo defendió y que en ataque no provocó más que una llegada, producto de una siesta defensiva en un corner, y que desactivó Romero en dos ocasiones. La segunda, la jugada del palo en el último minuto, pero con todos los suizos buscando el gol agónico.
El problema argentino fue más grave, porque fue en ataque. Higuaín está en un flojo nivel, físico y futbolístico. Fernando Gago no demostró en estos tres partidos como en los 45 minutos contra Bosnia, Di María tuvo un partido errático, aunque es un jugador desequilibrante, y Lionel Messi volvió a ser intermitente.
¿El motivo? Para mí, un mal planteo de Alejandro Sabella. La Pulga encuentra su lugar en el centro del ataque, pero Pachorra le armó un equipo para desbordar por las bandas y tirar centros. ¿A quién? Sí el Pipita no es un 9 clásico y Messi se destaca por ser uno de los más bajos del plantel. Higuaín nunca se tiró atrás para generar un espacio, al igual que Agüero en todo el torneo.
El flojo nivel de Gago también se traduce en que Messi tenga que hacer jugar, jugar y marcar, algo imposible. El desequilibrio de Di María es una alternativa, pero no deja de ser una intención individual, que, en un día malo, no funciona, justamente como pasó ayer.
Sí hay un planteo que más le molesta a Argentina es que le pongan mucha gente en defensa, pero ¿quién no le va a poner un planteo defensivo con semejantes jugadores de calidad individual? El día que nos toque un equipo con peso ofensivo, la Selección sufrirá y un error te deja afuera.
Argentina no tiene un juego colectivo ni pequeñas sociedades entre los jugadores para jugar, es un conjunto de individualidades sin un líder que agarre la bandera y se la ponga al hombro. Así será difícil superar el karma de los cuartos de final. Ojalá nos alcance con esto.