Las disculpas de Luli Fernández tras los canjes en el monumento del Holocausto
La modelo fue destrozada en las redes por posar para promocionar ropa en medio de la obra homenaje a los judíos asesinados.
Luli Fernández generó un fuerte repudio en las redes sociales al visitar el Monumento a los judíos de Europa asesinados durante el Holocausto que se encuentra en Berlín, Alemania, y haber promocionado la ropa que utilizó durante su visita a este a modo de “canje”.
La modelo fue con su pareja y su hijo, Indalecio, a la obra del arquitecto Peter Eisenman y el ingeniero Buro Happold emplazada en la capital alemana y reflexionó sobre el genocidio llevado a cabo por el nazismo con un sentido texto en Instagram. “Es triste, impactante, conmovedor. Muy fuerte recorrer este laberinto de bloques de cemento que se parece a un cementerio sembrado de grandes lápidas. Es el Monumento a las víctimas judías de la II Guerra Mundial, el Holocausto. Parte de una historia que le duele al mundo entero”, escribió la morocha. Sin embargo, al hacer click en la imagen que compartió, las cuentas de las marcas que la vistieron aparecieron en su publicación y eso desató la furia de centenares de usuarios que la acusaron de faltarle el respeto a las millones de personas asesinadas.
Tras una seguidilla de duros comentarios en su contra, la conductora decidió borrar las etiquetas de su foto y eliminó todas las críticas que recibió. Luego la polémica se trasladó también a Twitter, red social en la que una usuaria recopiló las imágenes de Fernández y criticó tanto a ella como sus seguidores.
Desde su cuenta de Twitter Luli aclaró la situación, ya que se trató de un posteo sin mala fe, y sin ánimo de ofender. "Siempre que subo una foto etiqueto las marcas. Trabajo de eso y lo hago en todas las fotos. De forma automática al subir mis fotos de Berlin se subió todo junto. Al advertir que en la publicación del monumento al Holocausto tb había etiquetas se borraron inmediatamente. Al minuto", explicó.
El Monumento al Holocausto de Berlín consiste en 2711 bloques de hormigón de diferente altura en un campo inclinado de 19 000 metros y genera una sensación de confusión al recorrerlo, con el objetivo de representar un sistema aparentemente ordenado pero que carece raciocinio humano.
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