Las conmovedoras historias de vida después de la tragedia
Gente que no soportó perder su casa, hijos que murieron por salvar a sus padres o abuelos que entregaron la vida por sus nietos.
Luego del temporal, mucho se habló de números, pero detrás de las estadísticas hay personas, nombres, con historias y con dolor.
El otro día, contamos la historia de Sofía, la mujer de 81 años que murió ahogada cuando el agua tapó su casa, pero como ella, hay muchas más.
Ricardo Caporale, del barrio Mitre, en Saavedra alrededor de las tres de la mañana se despertó, buscó la compuerta que usa cada vez que llueve para eviar que el agua ingrese a su casa pero enseguida se dio cuenta que esta vez no serviría de nada. Llamó a su mujer y a su hija y lo pultimo que les dijo fue: "Estamos perdidos porque el agua pasa la compuerta. Perdemos todo: a mí me va a dar un infarto, yo no soporto esto" y así fue. Se cortó la luz y Ricardo cayó en los brazos de su mujer, sin la ayuda del SAME agonizó durante una hora y media antes de morir, mientras su casa era arrasada por el agua.
"Mi marido no figura en ninguna lista porque no murió ahogado. Nos excluyen de cualquier derecho a reclamar", dijo su mujer, Elizabeth Dorna.
Orlando Logiurato, de 50 años, era un referente en los grupos de autoayuda, trabajaba en la Subsecretaría de Salud Mental y en el Hospital Reencuentro. Fue otra víctima más del temporal y murió electrocutado.
Cristian Mendoza, tenía nada más que 19 años, era de Paraguay y había venido a Argentina a acompañar a su abuelo para que se realizara un tratamiento médico, sin saber que la tragedia llegaría a su puerta. Subió al techo, para evitar ahogarse, pero éste se desplomó y la corriente se levó a Cristian.
Enrique Salinas, de 90 años, era un abuelo de La Plata que cansado de que el agua llegase a su casa construyó una compuerta extra que para nada sirvió.
"El Abuelo que entregó la vida por su nieto", Jorge Colautti de 80 años, de La Plata, cuidaba a su nieto, intentó llevar al niño a la casa de sus padres, preocupado pero el agua se lo llevó a él.
Esteban Ezequiel Monjes, de sólo 21 años, albañil de La Plata, dejó huérfano a un pequeño bebé, cuando el agua se lo tragó y fue encontrado horas más tarde en un arroyo.
Josué Suárez Salazar de 23 años era de Perú y vino al país a buscar una vida mejor, cargado de ilusiones, sólo quería ayudar a su familia, pero la lluvia invadió la casa en construcción en la que dormía y murió electrocutado.
Jorge Javier Díaz, de 30 años, ex jugador de fútbol murió en un gesto de amor, cuando intentaba rescatar a su papá, minutos antes, había salvado a su mamá del agua.
Anahí Posse, una maestra platense de 65 años, "gran persona y gran docente", como sus alumnos la describen, fue arrastrada por la corriente. Temiendo ahogarse en su casa, ella y su marido salieron a la calle.