Las colectoras engañan y confunden
En las elecciones del 23 de octubre volverá a presentarse el fenómeno de las listas colectoras, una muy discutible metodología utilizada por casi todos los partidos políticos para intentar sumar votos, pero que en los hechos no hace más que confundir y engañar a los electores.
Cuando todo indicaba que el problema había terminado, porque a nivel nacional se determinó que con las elecciones del 14 de agosto caducaba la posibilidad de implementar listas colectoras, se cae en la realidad de que en Mendoza todo es muy distinto.
La Junta Electoral, integrada por miembros de la Suprema Corte y dirigentes políticos, estableció que, como Mendoza no adhirió a las primarias, no hay inconvenientes con el funcionamiento de las colectoras.
En ese marco de situación, los partidos políticos aprovecharon la oportunidad y en muchos departamentos los ciudadanos se encontrarán con boletas distintas que contienen a los mismos candidatos, en una decisión que, además de confundir y engañar no hace más que consolidar el dato de que los debates políticos han sido desplazados por el oportunismo de algunos que utilizan cualquier subterfugio para alcanzar un objetivo.
Años atrás, las conducciones partidarias del justicialismo y del radicalismo a nivel nacional manifestaron su intención de impulsar una propuesta de modificación del Código Electoral y de la Ley de Partidos Políticos, que contemplaba una reafiliación total en las dos fuerzas mayoritarias, con el objetivo común de propiciar el fortalecimiento de las estructuras partidarias.
"Se busca volver al sistema de internas abiertas y simultáneas que permitan la participación de toda la ciudadanía", se indicaba, agregando que se frenaría así la proliferación de listas de candidatos, calificadas de "colectoras", que en la realidad conformaban una ley de lemas encubierta.
El objetivo trazado se cumplió en parte, en razón de que en el orden nacional no habrá colectoras y si la primaria abierta no se alcanzó fue sólo por decisión de los propios partidos que prefirieron elegir sus representantes de modo "tradicional", dejando de lado una posible intervención ciudadana en la elección interna de los candidatos.
Pero Mendoza, que no había adherido a la ley nacional, se encuentra ahora con que tampoco están prohibidas las colectoras. Así entonces, los dos partidos mayoritarios, justicialistas y radicales, aprovechan el resquicio para insistir con esa metodología.
En Godoy Cruz, Guaymallén, Lavalle y General Alvear, por parte de la UCR, y en Lavalle, Santa Rosa, Junín, Rivadavia, Godoy Cruz, Tunuyán, Las Heras y Maipú, por el PJ, los electores que ingresen al cuarto oscuro se encontrarán con distintas listas que llevan a un mismo candidato a intendente.
Y hasta para hacerla más difícil, ese candidato a intendente de un partido político acompañará, en algunos casos, la fórmula nacional o provincial de otra agrupación política.
La intención de reflotar las colectoras ya fue utilizada y generó profundas discusiones. En el caso de Mendoza en particular, legisladores del Segundo, del Tercero y del Cuarto Distrito Electoral fueron cuestionados, aduciendo los denunciantes que no habían obtenido en las elecciones el porcentaje exigido para sumar en el número final de votos; una situación que se planteó por el solo motivo de la utilización de estos artilugios electorales.
Afortunadamente en Mendoza no han aparecido en esta oportunidad aquellas listas "espejo" o las candidaturas "testimoniales" que nada aportaron a la transparencia electoral y que sólo confundieron.
Los dirigentes políticos deberán entender que a lo largo de estos casi 28 años de democracia la ciudadanía ha madurado lo suficiente como para no seguir soportando engaños.
Sin embargo, esa madurez ciudadana no se condice con las actitudes que están adoptando quienes dicen representarlos.