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Las claves de Mirtha Legrand para llegar espléndida a los 90 años

La diva de los almuerzos llegó a las nueve décadas y lo festeja a lo grande. Cómo hace para lucir intacta con el paso de los años.

Mirtha Legrand, la legendaria reina del mundo del espectáculo, sigue deslumbrando contra el paso del tiempo. Hoy cumple 90 años y lo celebrará a lo grande. Pero las nueve décadas no se ven reflejadas en su aspecto de mujer infatigable. ¿Cómo hace para estar espléndida?

La diva festejará en familia y con el regalo infaltable, un ramo de flores adornado por rosas blancas o rococó, sus favoritas. En el día a día yace el secreto para ser única en el mundo: no existe otra conductora de esa edad en los medios televisivos.


Su lema insignia es ir permanentemente tras los deseos que surjan y no descansar hasta lograr concretarlos. Encarar cada desafío siempre con una sonrisa. "Hay que tener muchas ganas de vivir, disfrutar de todo y encontrarle algo positivo a cada situación de la vida", dijo a la revista Noticias.


Flexibilizar las convicciones, actualizarse continuamente y estar dispuesta para sumar más conocimientos distinguen a la personalidad de la estrella. "Me humanicé, derribé tabúes que había en mi vida y estoy más abierta a todo. El mundo evolucionó y yo con él", reflexionó en la revista Hola.

La Chiqui visita periódicamente al médico para realizarse chequeos generales. En la imitable costumbre de acudir a distintos controles está una de las razones de la buena salud que goza. La decisión de abandonar el cigarrillo fue vital para esquivar males.

No le deja lugar al aburrimiento armando una serie de actividades para cada día. La caminata alrededor de su casa, infaltable. A las tareas físicas les suma las mentales. Pone a prueba su memoria a diario ejercitando el cerebro con crucigramas. Si no recuerda algo, insiste asociando ideas hasta que lo logra. Rechaza a los psicólogos y a los gurúes de autoyuda.


El lenguaje, el juicio, la inteligencia, la atención, la ubicación espaciotemporal, la memoria, en definitiva, todas las capacidades cognitivas que tanto la caracterizan son fruto del trabajo constante.

La obsesión por la apariencia define a un presentador de televisión. También a Mirtha. Su bienestar físico se condice con su belleza. En la dieta no hay prohibidos: come de todo pero en porciones pequeñas. Aunque sí modera las ensaladas porque cree que comer mucha lechuga aumenta la celulitis.

El rol de conductora en un programa de interés general es un trabajo que además demanda de mucha tarea previa para cada entrevista. Es por ello que todas las mañana mira distintos diarios. Informarse es casi una manía. Al hábito de la lectura incorpora los libros, preferentemente políticos. Guarda diez en su mesa de luz, aunque dice, no le alcanza el tiempo para leer todos.

En la era de la comunicación, no podía quedarse afuera. Más aún por su oficio. En la capacidad de aggiornar la rutina a la dinámica de Internet radica otro de sus valores, ya que es algo que -en general- a la gente mayor a los 40 0 50 años les cuesta y mucho. Incorporando hábitos tecnológicos: chequea el correo electrónico y mensajea a través de WhatsApp en el celular. Su compañera de chats, Susana Giménez.

Tiene una vida social muy activa. Cada tanto asiste a obras teatrales, sola o con amigos, otros de los pilares. Se mantiene en contacto permanente, sale de noche con ellos y los invita a su casa todas las semanas. En las reuniones, el disfrute es el común denominador. No hay espacio para las discusiones, ni de tinte político ni de cualquier otro. Eso queda para los almuerzos.

Para rendir al máximo, dar una imagen fuerte, un aspecto incansable, uno de los principales aliados es el tiempo de descanso. Jamás usó despertador. Le gusta disfrutar de la noche y se despierta alrededor de las 10 de la mañana. También duerme la siesta. Revitalizar el cuerpo es esencial. El "divismo" no lo abandona ni hasta en la cama: se acuesta siempre perfumada.

La vida del famoso requiere de un buen ánimo. Dar una recepción agradable al atosigamiento de los fanáticos y de la prensa. A todos le brinda la mejor cara. Por allí radica la última clave, vinculada con la felicidad. A pesar de haber perdido seres queridos, está agradecida por su vida. Se considera feliz.