Las cenizas que se aprovechan
El ingenio argentino ha creado un ladrillo para viviendas elaborado con las precipitaciones del volcán Puyehue.
Obtener alguna utilidad de las secuelas de una catástrofe natural siempre estuvo en la imaginación del hombre y con esta premisa dos arquitectos argentinos han creado un ladrillo para la construcción de viviendas, utilizando como materia prima las cenizas del volcán Puyehue-Cordón Caulle, que causó estragos en la Patagonia.
El espeso polvo de la precipitación volcánica ha sepultado poblaciones y cultivos por milenios y también estos deshechos se utilizaron, como hicieron los romanos hace 2000 años para elaborar una amalgama especie de cemento, con las cenizas del Vesubio, en obras que aún asombran. Incluso en San Juan hubo experiencias con granulado volcánico como aislante de techos, hasta la aparición de productos sintéticos.
Lo trascendente ahora es emplear como materia prima, los millones de toneladas de cenizas que los vientos del Oeste depositaron en regiones patagónicas donde se evacuaron poblaciones, cancelaron los vuelos y hubo pérdidas cuantiosas en los sectores turísticos y agropecuario. Los estudios para determinar qué hacer con las cenizas tuvieron como respuesta la idea de los arquitectos Marianela Romero Hamsa y Álvaro del Villar, miembros del programa de emergencia volcánica (www.pro evo.com.ar) coordinado por la Universidad Nacional de Río Negro e integrado por otras universidades e institutos científicos, con el apoyo financiero del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Los ladrillos fabricados con los residuos de la erupción del Puyehue tienen resistencia estructural y propiedades aislantes, no necesitan cemento y tienen un sistema de encastre, espacios para cañerías de servicios, son de fácil manipulación y se presentan como una alternativa de bajo costo para la vivienda social, en particular para cubrir el alto déficit habitacional existente en las zonas azotadas por el Puyehue.
Es de esperar que esta creación alcance escala industrial para hacer más barata la construcción y también se avance en otras investigaciones destinadas a dar mayores aplicaciones a las cenizas, como la sustitución por cemento portland que se estudia en la Universidad Nacional del Comahue y los efectos como insecticida natural para plagas agrícolas, sobre lo que trabajan científicos del INTA en Bariloche y el Conicet.
El espeso polvo de la precipitación volcánica ha sepultado poblaciones y cultivos por milenios y también estos deshechos se utilizaron, como hicieron los romanos hace 2000 años para elaborar una amalgama especie de cemento, con las cenizas del Vesubio, en obras que aún asombran. Incluso en San Juan hubo experiencias con granulado volcánico como aislante de techos, hasta la aparición de productos sintéticos.
Lo trascendente ahora es emplear como materia prima, los millones de toneladas de cenizas que los vientos del Oeste depositaron en regiones patagónicas donde se evacuaron poblaciones, cancelaron los vuelos y hubo pérdidas cuantiosas en los sectores turísticos y agropecuario. Los estudios para determinar qué hacer con las cenizas tuvieron como respuesta la idea de los arquitectos Marianela Romero Hamsa y Álvaro del Villar, miembros del programa de emergencia volcánica (www.pro evo.com.ar) coordinado por la Universidad Nacional de Río Negro e integrado por otras universidades e institutos científicos, con el apoyo financiero del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.
Los ladrillos fabricados con los residuos de la erupción del Puyehue tienen resistencia estructural y propiedades aislantes, no necesitan cemento y tienen un sistema de encastre, espacios para cañerías de servicios, son de fácil manipulación y se presentan como una alternativa de bajo costo para la vivienda social, en particular para cubrir el alto déficit habitacional existente en las zonas azotadas por el Puyehue.
Es de esperar que esta creación alcance escala industrial para hacer más barata la construcción y también se avance en otras investigaciones destinadas a dar mayores aplicaciones a las cenizas, como la sustitución por cemento portland que se estudia en la Universidad Nacional del Comahue y los efectos como insecticida natural para plagas agrícolas, sobre lo que trabajan científicos del INTA en Bariloche y el Conicet.