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Las cámaras descubren a los mentirosos

Por el crimen de María Cristina De Vincenti (90), la jubilada asesinada de una puñalada en el cuello en San Isidro, fue detenido su hijo como presunto autor de matricidio. Se sospecha un posible móvil económico a partir del dinero hallado en la casa del imputado.

María Cristina De Vincenti
María Cristina De Vincenti

 



La víctima vivía sola y se desplazaba en silla de ruedas. Los investigadores creen que el crimen fue para robarle sus ahorros. María Cristina desarrolló casi toda su vida en la casa donde el hijo la encontró muerta.

Se sabe que la anciana cobraba una pensión Italiana y un par de beneficios de Argentina, lo cual la transformaba en una persona que transitaba sus días sin sobresaltos económicos. Había tenido un almacén en el frente de su casa. Su hijo vive a la vuelta y regularmente pasaba por su hogar para ver qué precisaba.

El principal sospechoso es Aldo Antonio Di Paolo (65), el hijo. El hombre explicó que había ido a la casa porque su madre no le contestaba los llamados y al entrar notó la que la puerta del frente estaba sin llave, comprobó que la mujer estaba muerta, tendida en la cocina de la casa, con un cuchillo clavado en el cuello.

El hombre indicó a la Policía que la casa de su madre estaba algo revuelta y que el o los asesinos habían robado una serie de alhajas y el  celular de la víctima. Los vecinos declararon que la mujer solía dejar la puerta abierta cuando salía con su silla de ruedas a tomar aire. Sin embargo, la fiscal desconfiaba de la versión del hijo y comenzó a  investigar detalladamente la declaración, y tras una serie de diligencias y de las contradicciones detectadas con las cámaras de seguridad, dispuso entre el jueves a la noche su detención. 

Básicamente, el trabajo que hizo la DDI con las cámaras y otros datos chocaban y contradecían el testimonio del hijo, que terminó transformándose en el principal sospechoso. Y si bien restan pericias, el allanamiento en su casa robusteció las sospechas.  

Se determinó fehacientemente que el lunes por la tarde, cuando el hombre se retiró de la casa de su mamá, lo hizo con una bolsa de nylon similar a la que se secuestró en el allanamiento y que contenía dinero.  Hay una cámara en la cuadra que grabó todo. Se lo ve entrar al hijo el lunes alrededor de las 18, se queda aproximadamente media hora y sale con la bolsita rumbo a su casa. En el allanamiento en el domicilio del imputado, se secuestraron 3.000 dólares, 900.000 pesos, dos tablets, una notebook, dos teléfonos celulares y un almohadón con aparentes manchas de sangre.  El hombre se dedicaba a instalar redes de incendio y por lo que se sabe no atravesaba una buena situación económica. Algunos indican que vivía al día.  

Una vez más las cámaras delatan al que miente… 








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