Lápices, hojas y acción: la industria del cómic cada vez más de la mano de las mujeres
El cómic es un estilo de arte y como toda obra de arte es muy variada y compleja. Incluyen creatividad y belleza sin embargo también pueden ser bastante vulgares y sexistas.
El cómic ha influido tanto en el pop-art como en el cine. Pintores como Warhol y Lichtenstein elevan las viñetas propias de los cómics a la categoría de obra pictórica, utilizando los globos de texto y las tramas de puntos del grafismo industrial. Otro artista influido por el cómic erótico y naturalista es el japonés Hajime Sorayama. El cómic puede reunir en una hoja de papel todas las tendencias de su tiempo, motivo por el cual la mayoría de los mismos siempre fueron machistas, dejando a la mujer en un rol secundario, y siempre hipersexualizadas.
Sin embargo, en la actualidad nos encontramos en una nueva era del cómic en donde la mujer poco a poco comienza a poder romper estereotipos de género.
Algunas de las autoras que se animaron a desafiar y cuestionar esta industria fueron Eleonora Kortsarz, Soledad Otero y Araceli Aguirre. Las tres empezaron a dibujar desde chicas y decidieron que a pesar de los obstáculos que pudieran enfrentarse por ser mujeres, iban a salir adelante con sus obras.
“Uno de los grandes problemas que tenemos las mujeres que hacemos historietas es la invisibilidad, aunque haya muchas mujeres haciendo cómics ( que de hecho las hay), no hay gran difusión de nuestro trabajo”, comentó la artista Eleonora Kortsarz.
Actualmente se están empezando a incorporar cómics de superhéroes no sexistas, es decir, las superheroínas están dejando de estar en un segundo plano y se les está empezando a valorar más en este ámbito. Aun así, siguen relacionándose con la hipersexualidad y se le atribuyen poderes sustitutivos al de la fuerza y la resistencia.
“Creo que todo está cambiando muy de a poco, pero si nos rendimos no va a cambiar nunca. Me gusta el hecho de que tengan que parar a preguntarse ‘¿Che si hago esto voy a ofender a alguien?´, que la pregunta esté, que les incomode, que tengan que salir a buscar información antes ya sea de dibujar o de plasmar una idea”, comentó la ilustradora Araceli Aguirre.
“Mis dibujos son casi te diría que catárticos en su gran mayoría. Me agarré de la premisa de que nosotras siempre tenemos que guardarnos nuestros sentimientos, nuestros quiebres, y ser fuertes. Porque se nos exige que seamos fuertes, que disimulemos los sentimientos para que no crean que sos una loca”, comentó Araceli y agregó, “Entonces lo que yo hice fue decir ´no, yo soy esto y siento esto y lo voy a hacer´”, finalizó la artista.
Los cómics escritos por mujeres muchas veces son bastante diferentes al de los hombres porque expresan sus preocupaciones, muchas veces son testimoniales y autobiográficos; tratan temas íntimos, eróticos, sexuales y expresan su ideología. Muchos narran asuntos tan femeninos como la menstruación, el embarazo, los conflictos con nuestro propio cuerpo y traumas infantiles como los abusos sexuales. Son historias inspiradas en sus propias vidas o en vidas reales de mujeres y, por tanto, muestran el mundo desigual y muchas veces injusto con nuestro sexo. 
No hay duda de que el auge y el crecimiento del movimiento feminista fue un factor importante para esta súbita visibilización y el auge del libro electrónico, los álbumes ilustrados y las novelas gráficas no solo han mantenido a su público habitual, sino que han conquistado nuevas audiencias al igual que las redes sociales han reforzado su influencia.
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