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Ladrones insensibles

Delincuentes entraron a una casa en Córdoba y se robaron parte del equipo que permitía oír a un niño de cinco años. "Les pido que lo devuelvan porque para nosotros es casi imposible volver a comprarlo", dijo el padre.

Desconocidos ingresaron a la vivienda de una familia y se llevaron un cargador y unas baterías imprescindibles para el funcionamiento del aparato que, gracias a un implante cloquear, permitía escuchar al hijo de cinco años de los dueños de casa.

Si bien el hecho sucedió ayer, Raúl Ferreyra explicó hoy a la prensa que los asaltantes ingresaron a su vivienda, ubicada en Camino San Carlos, en las afueras de la capital cordobesa, y sustrajeron, además de las baterías y el cargador, una caja deshidratadora, que formaba parte del equipo que le permitía a su hijo de cinco años escuchar correctamente.

"Apelo a la buena voluntad de quienes se llevaron el material, dado que no lo van a poder vender ni siquiera en el mercado negro", aseveró Ferreyra, cuyo hijo (Francisco) afrontó su última operación (debido a sus problemas de audición) hace cuatro meses, razón por la que el equipo hurtado es prácticamente nuevo.

Ferreyra precisó que adquirir otro equipo (baterías, cargador y otros elementos), además de disponer de dólares, supone "largos trámites para lograr su importación", razón por la que insistió: "les pido (a los asaltantes) que lo devuelvan porque para nosotros es casi imposible volver a comprarlo, demoraríamos mucho tiempo y la obra social no dispone de un seguro por robo".

El padre de Francisco subrayó que, por el momento, para posibilitar la audición del niño, han logrado que un amigo de la familia fabricara "un cargador provisorio a partir del que se usa para un teléfono celular", pero aclaró que que esto "es peligroso, porque puede estropear el equipo (que usa su hijo) y los problemas serían mayores".

La familia Ferreyra también sufrió el robo de una computadora notebook, de dos cámaras digitales, de un equipo GPS, de una motoguadaña, un DVD y un equipo de música, sumado al hecho de que los asaltantes, antes de huir, incendiaron la planta alta de la casa.