La Unión Europea quiere negociar con el Mercosur
José Mujica tiene previsto reunirse hoy, entre otros, con José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea (CE), institución que negocia los acuerdos internacionales en nombre de los Veintisiete, para lograr un acuerdo de asociación "integral, equilibrado y ambicioso".
La Unión Europea (UE) va a transmitir hoy al presidente uruguayo, José Mujica, su interés por avanzar en las negociaciones comerciales con el Mercosur para lograr un acuerdo de asociación "integral, equilibrado y ambicioso", según indicaron fuentes comunitarias.
Mujica tiene previsto reunirse hoy, entre otros, con José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea (CE), institución que negocia los acuerdos internacionales en nombre de los Veintisiete.
Bruselas considera que un acuerdo UE-Mercosur podría ofrecer "tremendas ganancias políticas y económicas a las dos regiones".
"Por ello esperamos que pronto se logren progresos significativos en las negociaciones, comenzando en la próxima ronda que tendrá lugar en Montevideo en noviembre", explicaron a fuentes del Ejecutivo de la UE.
Esta semana, en Berlín, Mujica subrayó que, pese a las dificultades, el Mercosur ve el acuerdo con la Unión Europea "como una cuestión estratégica".
Uruguay ocupa actualmente la presidencia pro témpore del Mercosur, bloque que forma junto a Argentina, Brasil y Paraguay.
A priori, la ronda de diálogo que se celebrará en la semana del 7 al 11 de noviembre en Montevideo servirá para continuar los trabajos en los pilares de diálogo político y cooperación y en la parte normativa del futuro tratado de libre comercio.
Sin embargo, no está previsto todavía que se intercambien las primeras ofertas de acceso a mercados.
Desde que la UE y el Mercosur retomaron en mayo del año pasado las negociaciones -que estaban estancadas desde 2004 por la falta de avances en la Ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial-, han ido haciendo progresos en otras áreas más políticas del acuerdo pero no han conseguido consenso interno para que cada parte ponga sobre la mesa ofertas para rebajar sus aranceles.
De hecho, las negociaciones avanzan con dificultad en el plano comercial, principalmente, por el temor de los países europeos a que el pacto resulte muy perjudicial para su producción agropecuaria.
Sobre todo, se muestran reticentes a liberalizar los intercambios con países que son líderes mundiales en la producción de carne de vacuno.
La Comisión Europea ha elaborado una evaluación de impacto, que actualmente estudian los Estados miembros, que muestra que, tal y como está planteada la negociación en este momento, los agricultores europeos podrían perder entre 1.000 y 3.000 millones de euros si se aprobase el acuerdo.
Otro informe impulsado por las asociaciones y cooperativas agrarias de la UE en los primeros meses del año apuntaba a pérdidas de unos 25.000 millones de euros.