La UCR entre Macri y Binner
El radicalismo atraviesa un fuerte debate interno sobre cuál deberá ser el marco de alianzas del partido de cara al 2015. El PRO o FAP son dos posibilidades.
El radicalismo atraviesa un fuerte debate interno sobre cuál deberá ser el marco de alianzas del partido de cara al 2015, mientras el alfonsinismo pugna por sellar un acuerdo con el socialismo, otro sector es proclive a un entendimiento con el PRO, de Mauricio Macri.
La foto que mostró juntos a los ex candidatos presidenciales Ricardo Alfonsín y Hermes Binner la semana pasada en Sudáfrica, en el marco del XXIV Congreso de la Internacional Socialista (IS), renovó las especulaciones en torno a que ambas fuerzas vuelvan a explorar la posibilidad de un acuerdo electoral.
"Están dadas la condiciones" para que la UCR y el socialismo alcancen un acuerdo electoral de cara al 2015, había señalado Alfonsín días atrás en declaraciones, en devolución al
gesto de acercamiento enviado por Binner, quien aseveró que un entendimiento político-electoral con la UCR "depende del radicalismo".
El año pasado, socialistas y radicales coquetearon con la idea de constituir un frente para los comicios presidenciales de octubre, pero el acuerdo entre la UCR y el peronista disidente, Francisco de Narváez, hizo naufragar esa posibilidad.
"Nunca he desistido de la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el socialismo, desde el ´83 venimos intentándolo y no lo pudimos concretar; pero seguimos trabajando para que se pueda hacer una alianza de esas características", afirmó Alfonsín.
Con todo, Alfonsín advirtió que un eventual frente junto al socialismo dependerá de lo que "decidan institucionalmente" ambos partidos y que deberá realizarse sobre "coincidencias programáticas" y no en base a "coyunturas electorales".
No obstante, el titular del Comité Nacional de la UCR, Mario Barletta, ya adelantó que el radicalismo enfrentará los comicios legislativos del año próximo con lista propia y que el partido
"respetará" los acuerdos locales.
Pese a las definiciones de Binner, algunas de las fuerzas que integran el Frente Amplio Progresista (socialismo, GEN, Unión Popular, Frente Cívico y Libres del Sur), resisten la idea de un eventual acercamiento con el partido de Alem.
"No está en la cabeza del FAP la decisión de acordar con el radicalismo; las estructuras de la UCR y el PJ no forman parte del proyecto del Frente, lo que no significa que no puedan sumarse radicales o peronistas", afirmó la diputada Liliana Parada, de Unión Popular, que encabeza Víctor de Gennaro.
Margarita Stolbizer(GEN), en cambio, dejó abierta esa posibilidad y afirmó que desde el FAP "tenemos un diálogo natural con el radicalismo en general y con Alfonsín en particular", y
advirtió que "los acuerdos para nosotros siempre son de base programática".
"Nos imaginamos en el 2015 formando parte de un frente que sea mucho más grande de lo que somos ahora", porque "todos los que tenemos principios y valores comunes y programas más o menos comunes tenemos que estar juntos", remarcó.
En declaraciones a esta agencia, la diputada nacional aclaró que "es imposible tener una definición precisa, única" sobre eventuales acuerdos para competir el año próximo, y añadió que en cada distrito, el FAP "va a definir de acuerdo a sus realidades internas".
Por otra parte, la estrategia electoral del PRO de intentar ampliar su base territorial sumando dirigentes de otras fuerzas, en particular, del radicalismo, produjo una fuerte polémica al interior del más que centenario partido.
Mientras algunos dirigentes, como Oscar Aguad, Julio Cobos y Ernesto Sanz, se muestran proclives a entablar conversaciones con el PRO, el alfonisismo descartó de plano confluir con esa fuerza de centro-derecha. "Es imposible" un acuerdo con el PRO, señaló Alfonsín, quien acusó a Macri de "intentar cooptar algún dirigente radical".
"Si hablamos de respetar las instituciones, hay que respetar todas las instituciones", disparó luego del encuentro que mantuvieron el jefe de gobierno porteño y un grupo de dirigentes
radicales, encabezados por el diputado nacional, Ricardo Gil Lavedra.
Con un peso territorial sustentado en los más de 500 intendentes que tiene diseminados por todo el país, ostentando la primera minoría parlamentaria, pero sin un liderazgo claro, la UCR atraviesa un fuerte debate interno en torno al perfil opositor del partido y el marco de alianzas que deberá establecer de cara a los comicios de medio término y las presidenciales del 2015.
La foto que mostró juntos a los ex candidatos presidenciales Ricardo Alfonsín y Hermes Binner la semana pasada en Sudáfrica, en el marco del XXIV Congreso de la Internacional Socialista (IS), renovó las especulaciones en torno a que ambas fuerzas vuelvan a explorar la posibilidad de un acuerdo electoral.
"Están dadas la condiciones" para que la UCR y el socialismo alcancen un acuerdo electoral de cara al 2015, había señalado Alfonsín días atrás en declaraciones, en devolución al
gesto de acercamiento enviado por Binner, quien aseveró que un entendimiento político-electoral con la UCR "depende del radicalismo".
El año pasado, socialistas y radicales coquetearon con la idea de constituir un frente para los comicios presidenciales de octubre, pero el acuerdo entre la UCR y el peronista disidente, Francisco de Narváez, hizo naufragar esa posibilidad.
"Nunca he desistido de la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el socialismo, desde el ´83 venimos intentándolo y no lo pudimos concretar; pero seguimos trabajando para que se pueda hacer una alianza de esas características", afirmó Alfonsín.
Con todo, Alfonsín advirtió que un eventual frente junto al socialismo dependerá de lo que "decidan institucionalmente" ambos partidos y que deberá realizarse sobre "coincidencias programáticas" y no en base a "coyunturas electorales".
No obstante, el titular del Comité Nacional de la UCR, Mario Barletta, ya adelantó que el radicalismo enfrentará los comicios legislativos del año próximo con lista propia y que el partido
"respetará" los acuerdos locales.
Pese a las definiciones de Binner, algunas de las fuerzas que integran el Frente Amplio Progresista (socialismo, GEN, Unión Popular, Frente Cívico y Libres del Sur), resisten la idea de un eventual acercamiento con el partido de Alem.
"No está en la cabeza del FAP la decisión de acordar con el radicalismo; las estructuras de la UCR y el PJ no forman parte del proyecto del Frente, lo que no significa que no puedan sumarse radicales o peronistas", afirmó la diputada Liliana Parada, de Unión Popular, que encabeza Víctor de Gennaro.
Margarita Stolbizer(GEN), en cambio, dejó abierta esa posibilidad y afirmó que desde el FAP "tenemos un diálogo natural con el radicalismo en general y con Alfonsín en particular", y
advirtió que "los acuerdos para nosotros siempre son de base programática".
"Nos imaginamos en el 2015 formando parte de un frente que sea mucho más grande de lo que somos ahora", porque "todos los que tenemos principios y valores comunes y programas más o menos comunes tenemos que estar juntos", remarcó.
En declaraciones a esta agencia, la diputada nacional aclaró que "es imposible tener una definición precisa, única" sobre eventuales acuerdos para competir el año próximo, y añadió que en cada distrito, el FAP "va a definir de acuerdo a sus realidades internas".
Por otra parte, la estrategia electoral del PRO de intentar ampliar su base territorial sumando dirigentes de otras fuerzas, en particular, del radicalismo, produjo una fuerte polémica al interior del más que centenario partido.
Mientras algunos dirigentes, como Oscar Aguad, Julio Cobos y Ernesto Sanz, se muestran proclives a entablar conversaciones con el PRO, el alfonisismo descartó de plano confluir con esa fuerza de centro-derecha. "Es imposible" un acuerdo con el PRO, señaló Alfonsín, quien acusó a Macri de "intentar cooptar algún dirigente radical".
"Si hablamos de respetar las instituciones, hay que respetar todas las instituciones", disparó luego del encuentro que mantuvieron el jefe de gobierno porteño y un grupo de dirigentes
radicales, encabezados por el diputado nacional, Ricardo Gil Lavedra.
Con un peso territorial sustentado en los más de 500 intendentes que tiene diseminados por todo el país, ostentando la primera minoría parlamentaria, pero sin un liderazgo claro, la UCR atraviesa un fuerte debate interno en torno al perfil opositor del partido y el marco de alianzas que deberá establecer de cara a los comicios de medio término y las presidenciales del 2015.